Nuestra biblioteca está en peligro

Nos van a perdonar el titular. Sin duda puede parecer exagerado, puede que incluso sensacionalista. La realidad es que no. Nuestra Biblioteca Municipal, un servicio público que es la envidia de la mayoría –si no de todos– los pueblos de nuestra comarca y más allá, hace tiempo que lleva sufriendo un proceso de abandono por parte de la administración local de nuestro pueblo, en última instancia la encargada de velar por su mantenimiento y por qué no -pongámonos utópicos ya de paso- de su mejora con el paso del tiempo. Y corre un serio peligro de desaparecer en el corto-medio plazo. Teniendo en cuenta los actuales niveles dramáticos de atención y de paciencia para leer de la población mundial, corremos el riesgo de que ustedes paren de leer antes de acabar este texto. Aun así vamos a contarles con detalle el por qué. 

El problema no se limita a la actuación del actual gobierno local. Este último le ha dado la que podría ser la estocada de muerte. El proceso de deterioro y abandono viene ya desde hace unos años, y aunque ahora es cuando más lo hemos notado –especialmente los y las usuarias– por la reducción drástica de los horarios de apertura y cierre como consecuencia de la reducción del personal, esto es solo la punta del iceberg. Fulminando la última plaza de la bolsa de trabajo que quedaba, han dejado a Francis Ruiz, último trabajador fijo que quedaba, como único encargado de un Servicio Público fundamental en nuestro pueblo dejando a nuestra Biblioteca en una situación extremadamente precaria. Y no lo podemos permitir. 

Recordamos que hace no muchos años, el servicio de biblioteca llegó a estar dotado de dos personas a tiempo completo, y hasta cuatro becarios/as, según el momento y la época. Esto posibilitaba, por tanto, que el horario de biblioteca fuera muy amplio e incluso pudiéramos utilizar el servicio los sábados por la mañana. Con el tiempo, fueron desapareciendo trabajadores/as. Primero la persona que estaba casi a tiempo completo, y después l@s becarios. Los últimos años, con problemas pero con mucho esfuerzo, la Administración anterior, echó mano de unos programas de ayuda al empleo con los que les salían gratis las trabajadoras a tiempo parcial. Entre tanto, no se hicieron los deberes y no se convocaron bolsas nuevas. Así, el servicio mantuvo su actividad cultural intacta, pese a que contaba solo con Francis Ruiz y un/a trabajador/a que llegaba desde estos programas de ayuda al empleo. Como consecuencia de este recorte en personal, se redujeron horas de apertura y dejaron de abrir los sábados por la mañana. Pese a todo, la actividad cultural y artística promovida desde siempre por la Biblioteca Municipal gracias en parte a Francis Ruiz, y de esta manera la Biblioteca siguió siendo un salvavidas en estos últimos años en medio del desierto cultural en que nos han metido los últimos gobiernos, especialmente el actual. 

Además de la sala principal, en el espacio adyacente –la Sala Raga–-, la Biblioteca municipal ha organizado todo tipo de actos culturales, desde teatro para niñ@s, cuentacuentos, presentaciones de libros, reuniones de clubes de lectura, pase de documentales, exposiciones artísticas, actos de Memoria Histórica, conciertos de agrupaciones, recitales de poesías, y un sinfín de actividades que, además del propio servicio de préstamos de libros y películas, hacían de la Biblioteca uno de los lugares a los que escapar del ruido ensordecedor de las Redes in(Sociales) y de una actualidad mediática absolutamente desquiciada que está afectando y de qué manera a la salud mental de cada vez más población. En este sentido, nuestra Biblioteca Municipal es un lugar donde encontrar la paz y el sosiego necesarios para leer, estudiar, meditar o simplemente pasear ojeando el gran catálogo de libros con el que afortunadamente cuenta el espacio.

El valor de las bibliotecas públicas es incalculable por diversas razones, cada una de ellas tanto o más importante que la otra. Las bibliotecas son de los poquísimos espacios desmercantilizados que quedan a salvo de las garras del capitalismo que todo lo privatiza y lo monetiza. Una/o puede ser pobre de solemnidad, estar en la más absoluta miseria y en la biblioteca pública de tu pueblo/ciudad poder acceder sin problemas a la cultura, al conocimiento o a un servicio de Internet que te permita realizar las cada vez más complicadas gestiones administrativas que la burocracia digital te obliga a hacer, especialmente a los más castigados por el sistema que padecemos.  Es por ello que Bibliotecas como la nuestra son espacios de resistencia donde prima la igualdad de clases. A quienes no les llega para comprar libros, pagar Internet o suscribirse a una plataforma de streaming para ver películas, tienen siempre disponible un espacio común gratuito que no entiende de cuentas de resultados.

Son, en definitiva, espacios universales de acceso a la cultura y el conocimiento, oasis culturales para l@s deseherdad@s de un sistema en clara descomposición que descarta cada día a millones y millones de personas porque ya no le valen. En el momento actual, en medio de los múltiples colapsos que estamos viviendo, entre ellos el climático, con temperaturas y eventos cada vez más extremos, las bibliotecas públicas son también refugios climáticos, ya sea en invierno para resguardarse durante unas horas del frío y la lluvia o en los infernales veranos que desde hace unos años nos está tocando sufrir y que parece que irán a peor, habida cuenta de la inacción de quienes toman las grandes decisiones.

 Sin embargo, todas estas maravillas que nos regala la biblioteca de Buñol, no van a seguir siendo posibles si callamos ante la situación actual en que la ha dejado el actual gobierno. En julio de este año, se le acabó el contrato a la última persona del ese programa de empleo que trabajaba a tiempo parcial. En repetidas ocasiones se le comunicó a la concejalía de Cultura y Biblioteca que si no procedían a una nueva contratación tirando de la bolsa anterior o convocando una nueva, la Biblioteca tendría que reducir sensiblemente su horario si dejaban para todo el servicio a una sola persona como responsable. Así que desde agosto, se produce una situación inaudita y totalmente anómala en un servicio público como es la Biblioteca, de tal manera que si Francis Ruiz enferma o un dia se encuentra mal, si sale a tomar un café o tiene que estar encargado de la logística de algún acto que se celebre en la Sala Raga, la biblioteca tiene que cerrar aunque esté en horario de apertura. En las Administraciones Públicas, es imposible encontrar ningún servicio público que se quede sin prestar por no tener previstas las contigencias que puedan surgir.  En la Biblioteca, recientemente ha pasado y volverá a pasar si el gobierno local no actua ya. La cosa empeora si tenemos en cuenta que al último trabajador que queda allí, Francis Ruiz, le quedan muy pocos años para su jubilación. ¿Qué pasará si acaba jubilándose y no ha habido ninguna convocatoria de plazas ni de bolsas para que nuev@s trabajadores/as aprendan el funcionamiento de la Biblioteca y puedan darle continuidad? Teniendo en cuenta los ritmos y los procesos de contratación de este ayuntamiento, yo os lo digo: la biblioteca cerrará definitivamente, cosa que no parece no importar en absoluto al gobierno actual. 

Como dijimos anteriormente, los problemas no solo tienen que ver con el personal. La Biblioteca hace ya tiempo que sufre un proceso de dejación y abandono económico en el que la Administración no ha querido invertir siquiera un euro en sustituir unos equipos informáticos obsoletos y que ya no dan buen servicio. Equipos que Francis Ruiz lleva reclamando desde hace ya mucho tiempo. Y no es porque se agote el presupuesto dotado a la biblioteca. Parece que sí hay dinero para llenar de cámaras de vigilancia el pueblo, pero no para sustituir los ordenadores de la biblioteca o para reformar lo necesario o reparar los desperfectos que hay a día de hoy. 

Un gobierno se define básicamente por la gestión de sus recursos económicos, buena parte de ellos procecentes de nuestros impuestos. Y el mensaje que está dando este gobierno es claro.; queremos teneros lo más entretenidos posible con viajes a parques de atracciones (para que el gobierno autonómico lave sus crímenes durante la DANA), os queremos ignorantes y eso sí, vigilados en todo momento. Son una copia casi exacta de sus superiores autonómicos, que eliminan Unidades de Emergencia para «ahorrar un dinero» que luego regalan a la tauromaquia. ¡Toma cultura! 

Vivimos tiempos muy oscuros con una clara deriva culturicida impulsada por una ola reaccionaria global que nos quiere calladas, sumisas, acríticas e ignorantes. Un sociedad así está condenada al desastre. Con el abandono de la Biblioteca municipal, el gobierno de Buñol ya ha puesto la primera piedra. Y no va a parar. Por eso, desde la sociedad civil, desde cada vecino/a de Buñol, debemos reaccionar a esta situación y reclamar por todos los medios a nuestro alcance que el gobierno municipal se haga cargo de sus obligaciones para con el servicio de la Biblioteca Municipal contratando al menos a dos personas –una de ellas a tiempo completo– para que en el futuro próximo, el relevo esté garantizado cuando Francis Ruiz decida jubilarse. Que se repongan los equipos informáticos utilizando un presupuesto asignado a la Biblioteca que nunca se gasta. Y finalmente, que se empiece a tratar el servicio público de Biblioteca como lo que es: el mejor garante de que la cultura y el conocimiento es patrimonio de todas; de las que pueden pagarlo y sobretodo, de las que no. 

ASAMBLEA BUÑOL 15M

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