Atila nuestro rey

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Y si Atila viviera hoy en día
sería el guerrero que quisiera encontrar
que arrasara todos los imperios
que ya no dejan a nadie soñar

Allá por finales de los setenta, cuando la cacareada transición, antes de La Movida, había géneros musicales que ya existían, y que la sobrevivirán. Sabemos que La Movida fue maravillosa, pero después de décadas ya no solamente se escribe sobre ella de una manera romántica, donde todos eran grandes artistas y los grupos eran “lo más”. Vimos como “Aviador Dro”, en toda su autenticidad, montan una empresa discográfica que empezó a explotar grupos, vimos en la perspectiva que la mayoría de poperos eran niños de papá que se iban de okupas el fin de semana y volvían al redil entre semana a comer los cocidos (madrileños o no) de mamá, vimos que no es oro todo lo que reluce, que a Rockola siempre iba la misma gente, y vimos que cuando las instituciones metieron la nariz todo se fue al garete, y allí estaba Alaska (sin el esperpento Vaquerizístico) para tirar de la cadena.

Antes de esto estaban los Rockers y los Heavis (y otros valientes con tupé), y en Buñol estaban los “Pililas da Metro” tocando, entre otras maravillas, su “Follando con el rock and Roll” y “Atila”. La grabación parece hecha con un walkman, pero la autenticidad que rebosa aún me pone los pelos de punta, nada que ver con la artificialidad y el morro de los ineptos técnicos de la mayoría de poperos (disfrazados de kitch) de la época*.

Algo verían en ellos Rafael Arnal y Trinitat Satorre cuando los citan contextualmente en su conocido libro “Amb la cua encesa”, lectura obligada en institutos allá por los noventa. Y algo vio en ellos también la discográfica Dial Records, cuando la banda ya se había cambiado el nombre en 1978, ya que en el cartel del Canet Rock (si, si, el Woodstock español) de ese año ya aparecen como “Atila”, (parece que el tema de las pililas no era quizás muy vendible). Firman un contrato discográfico con el grupo que culminó con la edición, en 1985, del famoso sencillo del mismo nombre, y de aquí al cielo, gira nacional, pisando escenarios de primer orden, como el grupo que eran, porque molaban y eran auténticos, lo que esta época necesitaba, autenticidad y rock and roll. Y ya en 1986 se separa tan mítica banda, que aún hoy arde a fuego en la memoria de los buñolenses con la intensidad de las llamas que hacen bullir las calderas del mismísimo infierno.

Este histórico vinilo consta de dos temazos: “Atila” y “No te rindas”, que se pueden escuchar en Youtube (pedazo de invento).

Por aquí pasaron insignes músicos como el incombustible Larry “El Cruel” (Lorenzo Martí) que venía de “Yunke” y tocó en “Armasán” y “Jalaka”, y a día de hoy reparte caña con “Haarp”. “Ziuco” (Arturo Atienza) incombustible músico que aportó su buen hacer en “La banda del viejo Joe”, “24 Gatos”, “Ovejas Negras”, “Los Broncos”, y a día de hoy es batería de “Mak y los Desertores” y no para, el tío. “Gato” (Fernando Ortega) que tocó en “La banda del viejo Joe” también, y “Kalssy” (Jose Vicente Balaguer).

Historia viva del rock son estos músicos, y como no me queda espacio para más loas, parabienes y muestras de admiración, me gustaría remarcar a otros que por aquí pasaron, creando la leyenda de “Atila”, a través de estos, o de los “Pililas da metro”, como son: Tomás Tamarit, gran guitarrista, venido de “Yunke” y que también participó en “La banda del viejo Joe”, Enrique Fogués con su bajo, y Antonio Aguilar (batería en “Alfalega”).
Entre poca gente se hizo historia.

Podemos hoy encontrar a “Atila” en referencias bibliográficas, citados en libros técnicos de musicología rockera, guías de contracultura, recopilatorios de Heavy Metal, etc. Fueron y son grandes, y merecen todo mi respeto.

Ojalá algún día vuelva “Atila”, nuestro rey, mas rey que ese “chicón” tan “preparao” que vive de gorra en su palacio Disney en pleno siglo XXI, dando discursos que alguien escribe y entregando premios sin rubor alguno.

*Aunque verbalmente critique a estos grupos, entiéndase que me refiero a su técnica y pose, nunca a la importancia cultural y social que estos tuvieron. Fueron importantísimos para la machacada cultura española, castigada por cuarenta años de nacional-catolicismo.

Enrique Hernández Pérez.
Músico multidisciplinar.

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  1. Hola, no sé si leerás esto, no sé qué actualidad tiene el blog, pero creo que los Atila que tocaron en Canet Rock 76 (y no 78, según se puede comprobar en el cartel del festival) era un trío progresivo de Gerona, no los de Bunyol. Saludos.

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