Hacer una semblanza de Pablo Cusí es todo un honor y, al mismo tiempo, una responsabilidad. Honor es escribir sobre una persona que ha conseguido tantos logros con tan pocas herramientas. Responsabilidad es lo que sentimos ante la tremenda dificultad de narrar, en toda su grandeza y matices, la trayectoria vital de este buñolero tan singular y grande.
Obviamente, al decir «pocas herramientas» nos estamos refiriendo a la gran discapacidad de Pablo –todo su cuerpo está paralizado, excepto el dedo índice de su mano izquierda y, además, necesita un respirador de modo permanente–. Sin embargo, posee una mente privilegiada que, acompañada de una voluntad férrea, le han aupado a la élite en varios campos del saber. Debemos confesar que desconocíamos la existencia de Pablo hasta 2014. Fue un día que, hojeando la revista XL Semanal, nos llama la atención un artículo titulado «Pablo Cusí, un un jugador de póker que asombra al mundo». No somos aficionados a ningún juego de naipes, pero viendo en las imágenes que se trata de un discapacitado, sentimos curiosidad y comenzamos a leer. Al poco, viendo que Pablo Cusí es buñolero, la curiosidad se dispara. Al terminar la lectura quedamos absolutamente sorprendidos y maravillados del personaje que, además, es paisano muestro. Pero vayamos ya con la semblanza de este buñolero ilustre, desde el principio.
Pablo nace un 4 de mayo de 1982 y es el primer hijo de Modesto Cusí y Rosa Sierra. Un bebé precioso y absolutamente normal. Es a partir del cuarto mes cuando sus padres comienzan a notar ciertas anomalías en su movilidad y deciden acudir al médico. A los tres años es diagnosticado de Distrofia Muscular de Duchenne, una enfermedad sin cura y degenerativa, que hoy se conoce como «Atrofia Muscular Espinal, tipo II». Una patología que va destruyendo los músculos, causando la parálisis y deteriorando el habla.
Pero a Pablo no hay quien lo pare. Desde bien niño es su madre quien se encarga de impartirle conocimientos, hasta obtener un nivel superior a lo que llamamos enseñanza primaria. Tan es así que comienza la EGB en segundo curso, tras un examen que le hace la directora del Colegio Público Cervantes de Buñol, donde Pablo se gradúa con trece años. El acceder al bachillerato se convierte en toda una odisea. En principio le niegan el acceso por no tener catorce años y, además, el Instituto de Educación Secundaria de Buñol carece de ascensor. Es a partir de aquí cuando los padres de Pablo emprenden una lucha titánica en los diversos frentes de las administraciones para que su hijo sea admitido e instalen un ascensor. Resultado final: se cambia la normativa de la edad y Pablo ingresa, eso sí, con algo de retraso por los trabajos de instalación del ascensor.
Terminado el bachiller con diecisiete años, Pablo se matricula en la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia, y con veintiún años obtiene la licenciatura en ADE (Administración y Dirección de Empresas). Esto le sabe a poco y se matricula en segundo ciclo de Económicas, que son dos años, pero que él realiza en uno, aprobando más de cien créditos. Así, con veintidós años, tiene dos licenciaturas universitarias.
Conclusión: el espíritu de superación de Pablo y su capacidad intelectual no conocen límites. Eso sí, tuvo en María José una eficaz colaboradora, que le ayudó desde tercero de BUP hasta la universidad, pegada a él en todas sus clases. «Ella fue mis manos en todo lo relacionado con mi vida estudiantil» –suele decir Pablo–. Cabe añadir que María José es funcionaria de la Consellería de Educación y aunque ahora no se relacionan, el vínculo permanece.
La repercusión mediática de la hazaña intelectual de Pablo corre como la pólvora y es recibido por el presidente de la Generalidad, Francisco Camps. También es felicitado por otras instituciones locales, autonómicas y estatales. El Athletic Club de Bilbao, del que es hincha incondicional, le invita al palco de autoridades de San Mamés, para presenciar un partido.
En 2005 se incorpora al mundo laboral, en la firma Garrigues, un prestigioso bufete de ámbito internacional. Tras completar dos meses como becario, es contratado como asesor fiscal, especializado en litigios por impuestos y fiscalidad del juego. Su ascenso en puestos ejecutivos es incesante, llegando a alcanzar el cargo de «Asociado» (gerente). Y es que Pablo, con su ordenador anclado frente a él, en su silla de ruedas, y su dedo índice, puede llegar donde se proponga. En 2013 da por finalizada la etapa laboral en Garrigues y decide explorar nuevos retos y objetivos que alimenten su ansia permanente de llegar siempre un poco más allá. Comienza su incursión en el mundo empresarial, desarrollando proyectos relacionados con el juego online y los e-Sports.
El mundo matemático, las estadísticas y la estrategia aplicada a juegos mentales le apasionan. En ese sentido, desde niño, durante años, practica el ajedrez, encuadrado en el Club Ajedrez Buñol y asiste a varios campeonatos provinciales. Pero en 2008 descubre el póker, casualmente, viendo un programa de televisión que retransmite una partida en directo. Lo que más entusiasma a Pablo son las variables, los porcentajes, las probabilidades…, cuyos numeritos van apareciendo en pantalla. En este tema es un verdadero experto, porque le apasiona y le dedica tiempo. Descubrir el póker supone para Pablo el punto de inflexión que cambia radicalmente su vida y le otorga una fama y un prestigio que han traspasado fronteras.
A base de entrar en páginas web dedicadas al póker y practicar, jugando muchas partidas online, Pablo se va aficionando más y más, hasta que decide dar el gran salto, pasando de lo virtual a lo real. Se inscribe en un torneo online, cuyo vencedor se clasifica para participar, de modo presencial, en el Estrellas Póker Tour de Madrid 2010. Gana el torneo y se ve en la necesidad de notificar a la organización su problema de movilidad y de habla para una competición presencial. Solicita ir a Madrid con otra persona que le diga al oído las cartas y se encargue de ejecutar lo que él le ordene. Su solicitud es aceptada, ya que la Asociación Internacional de Deportes Mentales autoriza esta práctica para los ciegos. Inmediatamente se lo propone a su hermano Javier, seis años menor que él. Es así como nace el «Team Cusí» (Equipo Cusí), que es como se les conoce en el mundillo profesional del póker. Es como una marca de equipo, con un reconocido prestigio en ese ámbito, donde se les admira y se les respeta. Ambos son conscientes de su poder, basado, principalmente, en su interdependencia y suma de capacidades. Nada podrían hacer por separado en el póker por los casinos de España. Pero, juntos, formando equipo, son una auténtica máquina «apisonadora». El gran salto del «Team Cusí» ocurre cuando participan en el torneo Estrellas Póker Tour de Barcelona 2013. Nada menos que mil ochocientos jugadores de todo el mundo compitiendo por estar en la mesa final. Pues bien, el «Team Cusí» lo consigue como segundos en fichas. Finalmente quedan en sexto lugar, embolsándose 53.000 euros y siendo, además, la admiración del torneo y el foco de atracción mediático. Fue una prueba durísima, jugando a lo largo de dos días y medio, en los que Pablo aguantó como un jabato, sin apenas tiempo para un bocado, una cabezada o ir al baño. Por algo en las redes sociales adoptan el nombre de «Extremhard» (extremadamente duros).
Tras el éxito de Barcelona el «Team Cusí» reduce sensiblemente su participación en competiciones y se limita a competir, ocasionalmente, en Valencia. El motivo no es otro que el trabajo de Javier, que es farmacéutico de profesión y coordinador científico de un laboratorio. Esto le obliga a viajar con frecuencia para conferencias, intercambios, etc., limitando bastante su disponibilidad.
Posteriormente Pablo se dedica, principalmente, a gestionar inversiones en mercados financieros y también dedica buena parte del tiempo a su nueva tarea como directivo del equipo de fútbol local, el C.D. Buñol, del que es responsable de comunicación. El caso es no parar.
Queda ya poco por decir sobre Pablo, que no sea mencionar algunos de los títulos, distinciones y honores obtenidos. Todos ellos por auténticos merecimientos y capacidades, de los que anda sobrado. Veamos.
• En 1994, cuando Pablo cuenta doce años, el compositor Francisco Grau Vergara (1947-2019), director músico militar que alcanzó el generalato, compone en su honor la obra OLBAP (Pablo al revés). Y, para mayor honor, esa es la obra de obligada interpretación en el Certamen Internacional de Música Ciudad de Valencia de 1994. Precisamente ese mismo año se crea la Sección Especial de dicho certamen, y es la Banda Sinfónica el Litro la vencedora, llevándose la primera Mención de Honor.
• En 1999, el Instituto de Enseñanza Secundaria de Buñol le concede la calificación de Matrícula de Honor como nota final del bachillerato.
• En 2004 y 2005, la Universidad de Valencia le concede sendos premios extraordinarios fin de carrera, en sus dos licenciaturas (ADE y Económicas).
• En 2004, tras conseguir su primera licenciatura (ADE), el Consejo Escolar del Instituto de Enseñanza Secundaria de Buñol, acuerda homenajear a Pablo poniendo su nombre al Aula de Informática del nuevo Instituto.
• En 2005, el Pleno del Ayuntamiento de Buñol nombra a Pablo Hijo Predilecto de la Villa y seis meses después, en acto público y solemne, le hacen entrega de dicho título.
• En 2006, con un retraso notable, tiene lugar el acto público de inauguración, por las autoridades locales, del Aula de Informática «Pablo Cusí Sierra», del Instituto de Enseñanza Secundaria de Buñol.
Y como colofón a la semblanza de este gran buñolero nos permitimos transcribir algunas frases suyas, recogidas de diversas publicaciones. Veamos.
• «Yo no pienso en lo que no puedo hacer, sino en cómo puedo hacer lo que sí quiero hacer. Soy inconformista por naturaleza. Siempre quiero más».
• «Yo funciono por objetivos, por retos. Me pongo a mí mismo objetivos complicados pero realistas, y me levanto cada día con la motivación de conseguirlos. Cuando lo logro, pues surge otro. Y después, otro más. Siempre hay algún objetivo motivador por el que darlo todo».
• «En Garrigues tuve muy buenos clientes, como Air Nostrum, Lehman Brothers y otros. Si yo contara lo que sé…»
• «En lo físico soy dependiente, pero no en otros aspectos, como el económico o la toma de decisiones. No me gusta dar explicaciones, pero si soy lo que soy es gracias a mi familia».
• «La enfermedad evidentemente afecta a mi esperanza de vida, pero ni sé ni me interesa de qué forma. Me costaría diez segundos buscarlo en Google, pero no me apetece nada perder mi tiempo en eso. Odio que me tengan compasión».
Estas frases de Pablo lo retratan con absoluta fidelidad y ponen de manifiesto su filosofía de vida, así como su carácter emprendedor y su permanente espíritu de superación y lucha.
ADENDA
Cuando estamos muy cerca de completar la segunda edición del libro, y pocos días después de habernos comunicado con Pablo por correo electrónico, el 3 de octubre de 2020 nos comunican su fallecimiento a consecuencia de un empeoramiento general de salud. La noticia nos ha dolido e impactado, y no digamos en Buñol, donde era muy admirado y querido. Los medios y las redes sociales se han hecho eco de esta sensible pérdida. Sí, se nos ha ido un buñolero brillante y ejemplar, cuya fortaleza mental, así como su espíritu de superación y lucha, vencieron todo tipo de obstáculos. Descanse en paz.
El pleno del Ayuntamiento de Buñol, de fecha 25 de enero de 2021 aprueba, por unanimidad, poner el nombre de Pablo Cusí Sierra al Pabellón de Deportes Municipal «por su entrega, lucha, dedicación al deporte y a su pueblo en general» –se dijo en el pleno–. También se dijo «este homenaje no se lo hace el Gobierno, sino todo el pueblo en su conjunto».
Sabemos que Pablo era un deportista de corazón, como ya se ha dicho anteriormente: jugador de ajedrez, hincha y seguidor del Athletic Club de Bilbao y, últimamente, directivo del CD Buñol como responsable de comunicación. Un homenaje más que añadir a la lista de Pablo, aunque este, desgraciadamente, a título póstumo. Pero, eso sí, merecidísimo como todos los anteriores.
Fuente de imágenes y datos:
– Familia Cusí Sierra
– Publicaciones diversas.
Del libro «La Villa de Buñol en el tiempo» (2ª edición – 2022) (Con permiso de su autor).
Juan Simón Lahuerta
Buñolerómano