Este mes, con la excusa que se celebra San Valentín, vamos a ofreceros un género de literatura un poco picantón para entrar en calor con los últimos fríos del invierno. Vamos a omitir los libros clásicos de novela romántica para sumergirnos en el arte del erotismo.
Se pueden poner ejemplos de literatura erótica de tiempos lejanos, como puede ser el Kamasutra, libro que originalmente se escribió en sánscrito, y que no solo es un documento con posturas para realizar este acto tan amoroso. O de El Decamerón, de Boccaccio, escrito entre 1351 y 1353. Se puede hablar también del Marqués de Sade, con sus obras Justine, o Los 120 días de Sodoma, donde el autor describe, como en casi todas sus obras, violaciones, perversiones o parafilias. No obstante, vamos a ceñirnos a obras escritas en el s.XX y XXI, puesto que sería imposible en tan pocas líneas, referenciar tantos buenos escritos. Hemos hecho una selección de 5 títulos. No quiere decir que sean los mejores, pero quizás sí de los que has oído hablar, porque muchos de ellos han pasado a la gran pantalla y se han convertido en películas de mayor o menor éxito, aunque, como siempre ocurre, el director no refleja con exactitud lo que el autor transmite en el libro.
Nos parece fundamental mencionar Historia de O, de Pauline Réaje. Un clásico de la literatura erótica que asentó las nuevas bases de este género. En las páginas conoceremos a la encantadora y bellísima Odeline. Una fotógrafa de moda que es convencida por su amante a visitar el castillo de Roissy, iniciándola en la sumisión y la esclavitud sexual. Paso a paso, O se sumerge en el mundo del dolor y placer, castigo y recompensa, descubriendo los límites y entresijos del amor y del alma.
«Pero ¡qué seguridad, qué delicia la anilla de hierro que taladraba la carne y para siempre, la marca que nunca se borrará, la mano de un amo que te tiende un lecho de roca, el amor de un dueño que sabe apoderarse sin piedad de aquello que ama!»
Pasamos a Las edades de Lulú, de Almudena Grandes, que con esta historia ganó el IX Premio La sonrisa vertical en 1989. El hilo conductor de esta historia nos lo ofrece su protagonista, a través de las diferentes etapas en las que descubre su sexualidad. Es una novela provocativa y cruda, donde Lulú, falta de cariño en su niñez, se enamora a los 14 años de Pablo, amigo de la familia y profesor de universidad, con una considerable diferencia de edad.
«La belleza es un monstruo, una deidad sangrienta a la que hay que aplacar con constantes sacrificios…»
Continuamos con otro clásico del s.XX, Delta de Venus, de Anaïs Nin. Estos relatos no se publicaron hasta 1977, a pesar que se escribieron en la década de los 40. La autora los escribió por encargo de un extravagante comprador de libros que no quería poesía, sino escenas y descripciones explícitas de sexo, pagando 1$ por cada página escrita. Si algo caracteriza a esta autora es cómo aborda las diferentes sexualidades: la homosexualidad, el hermafroditismo, las relaciones interraciales, el fetichismo o el incesto, diferenciándose de las fórmulas tradicionales del erotismo.
«Tuve la sensación que la caja de Pandora contenía los misterios de la sensualidad de la mujer, tan diferente de la de un hombre y por el cual el lenguaje varonil era inadecuado. El idioma del sexo aún no se había inventado. El lenguaje de los sentidos aún no se había explorado.»
El amante, de Marguerite Duras, es una novela autobiográfica, donde la autora refleja la circunstancia de su familia en Indochina, actualmente Vietnam, a principios del s.XX. Su madre, viuda y empobrecida, su hermano mayor, cruel y violento, y su hermano pequeño, tierno y la debilidad de Marguerite. El eje central de la narración es la relación que comienza con un comercial 12 años mayor que ella, a sabiendas del poco futuro que tienen. A pesar de ello, comienzan una seducción mutua, en los que ambos, acaban atrapados, dando como resultado una pasión, descrita de forma sublime.
«Era demasiado tarde para reencontrarnos. Lo comprendimos desde la primera mirada. Ya no había nada que reencontrar.»
No queríamos despedirnos sin una novela más fresca y ligera, más actual. Y como sabemos que las comparaciones son odiosas, no la vamos a categorizar bajo la sombra de estos últimos años del aclamado Christian Grey. La última recomendación es Ardiente verano, de Noelia Amarillo, una autora española quien, entre el negocio familiar, sus hijas y marido, saca tiempo para contarnos la historia de María, una mujer separada, con un hijo adolescente, que tiene que volver al pueblo de su familia política. Y es ahí donde se cruzan los caminos nuevamente entre ella y el hermano de su exmarido. Una historia graciosa, tierna, muy sexual y con el ímpetu de creer en las segundas oportunidades.
«—Nada va a cambiar —afirmó, parada en un extremo del claro—. Ahora mismo voy a entrar en esa cabaña a disfrutar del hombre con el que quiero estar en estos momentos. Y luego me iré sin mirar atrás, porque él no es Caleb, a él no le quiero —dijo cerrando los puños con fuerza—. Son estos estúpidos sueños los que me hacen dudar.»
Nos despedimos hasta el próximo mes.
Biblioteca Municipal
Amante del papel