El término solsticio deriva del latín. Es la conjunción de dos palabras: “sol” y “sistere”, que se traduce como “el sol quieto”, ya que alrededor del 21 de junio es cuando alcanza su máxima altura y durante el mediodía parece permanecer quieto. Este es el día en el que el sol sale antes y se pone más tarde. A partir de este, las horas de luz solar disminuirán y las noches serán más largas.
El solsticio de verano significa que la estación del verano comienza. Por otro lado, tiene un significado más allá del astronómico, pues para muchas culturas y para la astrología tradicional tiene una simbología relacionada con el renacimiento de la tierra, y para innumerables culturas este fenómeno es relacionado con la idea del eterno presente, por lo que el sol se «detiene». Se representa la guerra eterna entre la Luz y la Oscuridad, que los hombres y mujeres han librado desde el inicio de los tiempos.
Alrededor de toda la Tierra existieron y aún perduran tradiciones, rituales y ceremonias que culturas de diferentes partes del mundo han aplicado durante el Solsticio de Verano, y casualmente la mayoría tienen el mismo enfoque: la purificación, el cambio y la renovación de las energías solares y personales.
Las culturas romanas, celtas, aborígenes americanas, nórdicas y, entre muchas más, encontraban el Solsticio de Verano como la época del año en que las hadas, elfos, ninfas y las deidades de la naturaleza se escapaban hacia los campos, y, según religiones paganas, llenaban de nutrientes, magia y poder las tierras para las cosechas. Estas civilizaciones conocían perfectamente los solsticios, realizando festejos relacionados incluso en la Edad de Piedra. En estas fechas todavía hay muchas fiestas que se basan en esas costumbres ancestrales. Tienen como gran protagonista al fuego, con el que se rinde tributo al sol.
En la antigüedad, la fecha del solsticio de junio fue una fuente importante para ayudar a las personas a establecer la duración del año, manejar sus calendarios y organizar el momento de la siembra y la cosecha.
Por lo tanto, la celebración del solsticio de verano es tan antigua como la misma humanidad, se trata de una jornada cargada de poder y magia. Tradicionalmente, los agricultores daban gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión.
Esta época del año es caracterizada por la magia y el misticismo que la acompaña, y por los rituales que se realizan durante este fenómeno.
Actualmente, en muchos casos se unen las celebraciones del solsticio con las de la noche del 23 de junio, la víspera de San Juan, al igual que muchísimas celebraciones cristianas, como el nacimiento de Jesús, tiene un origen y una base pagana, relacionadas con el solsticio de verano e invierno respectivamente, y todas las celebraciones poseen un mismo objetivo, dejar lo malo atrás, quemar las malas energías o purificar nuestra vida, pensamientos y deseos para que el resto del año, hasta el próximo solsticio, vivamos sin incidentes. De esta manera, podemos destacar las famosas hogueras de la festividad de San Juan, que tienen lugar en España y otros países del hemisferio norte. Durante esta noche, la gente se reúne alrededor del fuego, bailando a su alrededor o saltando por encima de la hoguera. También es un día de fiesta y verbena en las calles de muchas localidades.
Esta noche, en el Parque de Borrunes de Buñol, desde hace años, se celebra la famosa Verbena de San Juan, donde, aprovechando el festejo, se da a conocer el nombre de la que será Reina de las Fiestas durante ese año. Mucho tiempo atrás y según cuentan los más mayores, era la noche en donde los puestos de turrón, iluminados con carbureros, tomaban el paseo, ofreciendo distintas variedades del mismo a las familias que acudían allí con la ilusión de poder degustar, aunque solo fuese por una noche, tan apreciado manjar.
Definitivamente, se trata de un día distinto a los demás, es una noche rodeada de magia, ritos y tradiciones que la hacen especial y dan la entrada al verano.
Feliz entrada de solsticio de verano y próspera y exitosa estación.
Mª José Pérez Carrascosa
Curiosa por naturaleza