Actitud ante la discapacidad: vuelta al cole

Ya suena la campana y cada alumno y alumna se incorpora en las aulas tras barrer de nuestras calles los restos de confeti, murta y tomate que quedaban de las fiestas. ¡Y qué fiestas! A mí me lo van a decir… 

El colegio es un lugar donde aprender, relacionarse, conocer, explorar, cuestionarse… y dentro de todas estas cosas, las relaciones entre iguales son primordiales. Entre esas cuatro paredes de la clase nos descubrimos como seres humanos; seres racionales, pensantes y curiosos. La inocencia es una característica de la infancia, y toma un gran peso y un papel bastante protagonista en todas estas acciones que se llevan a cabo en el periodo escolar. Aprendemos porque preguntamos desde lo más profundo de nuestro ser, sin saber la repercusión que tendrá más allá de las palabras que pronunciamos y sin pensar otra cosa que no sea en la respuesta que la otra persona nos dará.

La diversidad en las aulas está presente en su totalidad. No se trata de un grupo homogéneo ni uniforme, sino que es totalmente dispar y absolutamente positivo para que la interacción entre el alumnado proporcione nuevas visones, cuestiones y conocimientos. Hoy en día, tenemos la suerte de que la sociedad ha dado pasos de gigante, y la lucha por colectivos minoritarios y discriminados está en voz de todos y todas.

Trasladando el foco de atención a la discapacidad, vivimos en un momento histórico donde existe una gran necesidad de inclusión –y no de integración– que tiene como entorno principal las escuelas. Aunque esto sea así porque es el lugar donde más se relacionan entre iguales niños y niñas con y sin discapacidad, no podemos olvidarnos de que la fuente más fuerte de educación son los hogares. Para que todo esto de las relaciones entre iguales y demás sea efectivo, hace falta que se pongan los puntos sobre las íes. Escuelas y familias bailando al mismo compás. No puede ir cada una a un ritmo, pues se rompería la armonía. La educación en las escuelas proporciona nociones de lo que tendremos que ser como personas adultas, mientras que en los hogares es tan variada como personas hay en el mundo. 

Es por eso por lo que la actitud es imprescindible. Actitud ante lo diferente, ante lo no normativo, ante lo que no conocemos, ante lo que debemos conocer. Porque hoy la discapacidad no se esconde ni se margina, sino que sale a la calle y está presente, se hace visible y convive en todos los entornos. Con esta actitud tan diversa, me encantaría que nos cuestionáramos algunas cosas que, desde el proyecto Ni más ni mano suelo lanar cuando preparo jornadas sobre estos temas, y creo que ayudan mucho a reflexionar: 

¿Podemos pretender que hagamos oídos sordos cada vez que un niño o una niña se cuestione por qué su compañero o compañera lleva un libro de texto distinto? ¿O necesita adaptaciones para poder escribir? ¿O tiene que venir otro profe en algunas asignaturas para ayudarle? ¿O le falta una mano? Si piensas que sí, vuelve a leer y sigue pensando. Si piensas que no, ¡enhorabuena!, estás en lo cierto, hacer oídos sordos nunca será la solución. 

Entonces, ¿qué podemos hacer? Aquí unas cuantas ideas:

– Acabemos con esta distinción tan discriminatoria y abramos los brazos a las diferencias. 

– Permitamos que las aulas sean espacios seguros y que en las casas la diversidad no sea un tema tabú. 

– Dejemos que los niños y niñas se relacionen con sus iguales, porque no, un niño con discapacidad no es tan distinto de una niña sin discapacidad: son niños, diferentes, ¡como cualquiera!

– Pongámosle nombre a la diversidad: hablando de cada condición cercana ayudamos a que nadie mire distinto.

– Escuchemos un poquito más aquello que nace de la inocencia de la infancia, porque muchas veces es más sabia que cualquier persona adulta.

– Favorezcamos la unión entre escuela y familia para que podamos caminar a la par hacia adelante.

Evitaremos así al mayor monstruo: el acoso escolar, del que ya hablaremos más adelante. Que jueguen, aprendan y respeten. Sean como sean. 

¡Feliz y diverso curso escolar 2022-2023!

Regina Martínez Álvarez
Creadora de «Ni más ni mano»

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.