Cuando llegan las Navidades y los grandes almacenes hacen sus promociones de los juguetes para niños y niñas, e incluso para adolescentes, se plantean cada año siempre las mismas cuestiones.
Se hacen las preguntas de cómo deben ser los juguetes, cuáles sus características físicas y pedagógicas, etc.
Se ha avanzado mucho en la legislación respecto al tema de la seguridad de los materiales de fabricación, su composición e incluso en su sentido pedagógico. Sin embargo, todavía existe un claro retraso en la legislación respecto a la publicidad de los juguetes y la orientación de género de los mismos.
Quisiéramos en este corto artículo subrayar algunas permanentes cuestiones de las que debiéramos reflexionar. El juguete debe ser, además de entretenido, un claro elemento educacional, pedagógico, que ayude a pensar al niño, a agudizar su ingenio, a mejorar su coordinación físico-motriz. El juguete jamás debe ser un elemento de orientación de género, sino al contrario, debe ser de igualdad de género. No hay juguetes de niños o niñas, de chicas o chicos.
El juguete, cuanto más simple, mejor. Recordar el ejemplo de que un trozo de madera puede perfectamente ser para un niño o niña, un coche, un avión, una paleta de ping pong, un barco de vela, etc. Estimula la imaginación a límites insospechados. Tenemos que educar a las chicas y chicos para que compartan los juguetes. Hay que comprarles juegos que tengan que utilizarlos con sus amigos y compañeras de clase. Debemos tener en cuenta una premisa fundamental en el uso de los juguetes, y es que nunca los padres deben influir en su tendencia, hay que dejar que los niños y niñas los elijan libremente, siempre con el sentido de igualdad de género.
El mejor juguete eres tú, como dice el título del artículo. Es la expresión más simple, escueta y clara de lo que puede ser un juguete para las niñas y niños.
Tanto si hacemos referencia con el tú, a los niños y niñas, padres o madres o a sus educadores, sirve igual la idea de que lo verdaderamente importante no es el juguete, el trozo de palo, la pelota, el muñeco, etc., sino los propios niños o niñas que lo comparten con sus amigos y amigas.
Porque al final del tiempo, cuando ellos sean mayores, simplemente recordaran cómo y con quien estaban jugando.
MDM Buñol
Movimiento Democrático de Mujeres
