Lugares felices, mundo LGTBI, jueces y juezas

Hola de nuevo, amig@s seriadict@s. Hace bastante que no nos leemos y por eso vengo con un buen puñado de títulos que recomendaros para pasar estos tiempos de distopía pandémica que nos ha tocado atravesar.

Porque otra cosa no, pero con toques de queda, cuarentenas y demás restricciones, lo único que nos queda en estas vacaciones es tiempo muerto en casa. Y además de dedicarlo al placer impagable de la lectura, ¿qué otra cosa mejor que utilizarlo viendo buenas series de ficción? 

Como habréis visto, he titulado este artículo con tres categorías. La primera de ellas, «Lugares felices», hace referencia a una clase de series que se caracterizan principalmente por tres cosas: nos hacen reír –cosa absolutamente urgente y necesaria en los tiempos que corren–, nos reconcilian de alguna forma con la vida –cosa cada vez más difícil– y tienen episodios de corta duración. Dentro de este apartado entrarían muchas de las sitcoms que durante nuestra vida nos han hecho más divertidas las tardes de nuestra infancia-adolescencia-juventud y, ya en mi caso, la adultez, pero también otras en formatos más novedosos que alternan comedia con momentos dramáticos. 

Dentro de este último tipo me gustaría hablaros de la primera de ellas: Mythic Quest, una serie de Apple TV+ cuya premisa a priori no parece muy atractiva –al menos para un servidor–, pero que alterna momentos de un humor muy ácido con otros donde remarca con cierto patetismo las miserias de sus personajes. Mythic Quest se encuadra casi exclusivamente en las oficinas de una empresa desarrolladora de un videojuego de gran éxito donde un jefe creativo ególatra, su ninguneada jefa de programación y el resto de personajes, cuyos roles en ocasiones también protagonistas, ofrecen la sensación de estar viendo una serie coral que no deja de sorprenderte. No conozco en absoluto el mundo de los videojuegos pero quizá sea esta una serie que pueda ayudar a vislumbrar cómo es por dentro ese mundo lleno de cerebritos informáticos, productores ejecutivos, testers saturad@s de jugar 12h al día para encontrar posibles errores y gurús creativos de ideas que prometen dar forma a las nuevas actualizaciones del juego. Mythic Quest es una jaula de grillos donde nadie queda bien parado y que promete momentos muy divertidos. Las dos temporadas que –de momento– tiene contienen cada una de ellas un episodio independiente aislado de la trama encuadrado en una época anterior, que son una auténtica delicia. Además, hay un episodio añadido a la 1ª temporada que se grabó en plena primera ola de la pandemia, donde los actores y actrices están confinados realmente en sus casas, que es desternillante. 

La segunda de ellas también de Apple TV+. Fue la gran triunfadora de los Globos de Oro de 2020 y puede repetir triunfo en los Emmy del mes que viene. A la espera de qué nos deparará su segunda temporada –se estrenó en emisión semanal el pasado 23 de julio–, Ted Lasso es el prototipo perfecto de serie «Lugar feliz». Lo tiene todo: personajes a los que adoras, ternura, humor y optimismo a raudales y una sensación reconfortante que te hace olvidar durante media horita lo jodido que está el mundo. Vamos, lo que nos está haciendo falta ahora mismo a todas… Y eso que la premisa, al igual que Mythic Quest, no es que sea muy sugerente, pero te acaba atrapando por sus muchas virtudes. La serie gira en torno a un entrenador de fútbol americano, que da nombre a la serie, que es contratado para entrenar a un equipo de fútbol de la Premier League inglesa en horas bajas por una presidenta accidental y con el que quiere hundir por despecho el club que ha heredado de su ex marido. La llegada de un americano, un tipo que no tiene ni idea de fútbol europeo a un club con problemas desencadenará reacciones y recelos de todo tipo por parte de aficionados, empleados y miembros de la plantilla. Y en lo que a priori parece fracaso asegurado, terminará ganándose con un encanto y método peculiares a todos, llenando la serie de grandes momentos, emoción y risas. Su principal protagonista, que a la vez es co-creador y guionista y que está encarnado en el premiado Jason Sudeikis, unido a Hannah Waddingham en el papel de la presidenta, son la principal baza, pero todo el elenco de secundarios –la mayoría actores y actrices desconocidas–, es muy destacable y la serie no brillaría sin ellos. Imperdible. 

La tercera de este primer bloque la completa El método Kominsky, una serie de Netflix que ha cerrado recientemente con su tercera y última temporada y que está creada por Chuck Lorre, creador de la celebérrima sitcom The Big bang Theory. La serie cuenta las andanzas de Sandy Kominsky, un profesor veterano de interpretación que tiene una escuela de teatro donde a través de la enseñanza intenta resarcirse de una carrera, si no frustrante, sí en la que no ha logrado sus expectativas personales. Comparte protagonismo con su amigo Normal Newlander, un rico empresario jubilado que se queda viudo. Una serie con dos tipos de más de 80 tacos haciéndose la puñeta y riéndose de los achaques, los miedos y las experiencias propios de su edad. Interpretada por dos leyendas vivas del cine como Michael Douglas y Alan Arkin, nunca puede defraudar. Con momentos desternillantes y el cameo de actores y actrices de la talla de Jane Seymour, Kathleen Turner, Dany de Vito acompañados de otros grandes del mundo de las series, tiene una calidad fuera de toda duda. La relación y la interacción entre ambos protagonistas se come prácticamente toda la serie y es por ello que la desaparición de Alan Arkin en el casting de la tercera temporada le ha quitado bastante atractivo. Con todo, es una serie corta, con pocos episodios que vale mucho la pena ver. 

El segundo bloque que he denominado LGTBI me ha parecido necesario incluirlo, no solo por la calidad de los títulos que por fin están empezando a proliferar en la industria, sino también por el discurso lleno de LGTBfobia que de un tiempo a esta parte está alentando la parte más reaccionaria de la bancada del Congreso de los diputados y que está provocando agresiones cada vez más frecuentes y recientemente hasta un asesinato. De ahí que cobren tanta importancia la creación y difusión de series donde la temática LGTBI sea el eje principal. El primer titulo que os sugiero es Veneno, un estreno de 2020 que a pesar de enfrentarse a algunos parones en producción y rodaje por la llegada de la pandemia, fue de lo mejor que pude ver el año pasado. Veneno es una miniserie de 8 episodios basada en el libro de Valeria Vegas «¡Digo!, ni puta ni santa. Las memorias de la Veneno» que ha sido llevado magistralmente a la pequeña pantalla por «Los Javis» (Paquita Salas). 

La Veneno es, para quienes hayáis nacido a partir de los 90’, el alias de Cristina Ortiz, una mujer transgénero que saltó desde los márgenes de la prostitución a los platós de TV en los años 90, donde se hizo famosa en «Esta noche cruzamos el Missisipi», programa nocturno presentado por Pepe Navarro. La serie cubre prácticamente toda su vida, desde la infancia hasta su prematura muerte en 2006. Quienes no hayáis llegado a conocerla, esta serie os va a flipar mucho, por la relevancia que en su día tuvo el personaje, por lo que tuvo que sufrir en todas las etapas de su vida, los caminos que abrió casi sin pretenderlo, todo ello plasmado en un viaje intenso, tierno, dramático y en ocasiones cómico lleno de música y color que han conseguido «Los Javis» en esta maravilla de serie. Para los que ya conocíamos a La Veneno de aquella primera etapa en TV, es también un magnífico descubrimiento porque a través de la serie hemos podido conocer todas la aristas y la realidad de un personaje que trascendía muchísimo más de la pequeña pantalla. Con unos dos primeros episodios magistrales que narran su infancia y un elenco de actrices que lo bordan en cada una de las etapas de su vida, es probablemente uno de los mejores títulos de la producción española para la TV. La podéis encontrar en AtresPremiun Player. Sin duda una serie imprescindible. 

El segundo título que os quiero recomendar y que no hubiera sido posible sin el éxito de Veneno, es Maricón perdido, una serie de 6 episodios de autoficción creada por el escritor y guionista Roberto Enríquez, más conocido como Bob Pop. En ella, Bob Pop hace un recorrido por diferentes etapas de su vida, abriéndose en canal y contando de una manera muy peculiar –con constantes saltos temporales, ficción dentro de la autoficción y recursos extraordinariamente imaginativos– los aspectos que más le han marcado en su vida. 

Con un casting aderezado con nombres como Candela Peña, Carlos Bardem, Miguel Rellán o Guillermo Toledo unido a los tres actores que interpretan a Bob Pop durante las diferentes etapas de su vida, Maricón Perdido es una serie que, al margen de su originalidad creativa y su indudable propuesta dramática, puede ayudar mucho a sanar a una parte de la sociedad española contaminada con discursos retrógrados, intolerantes y de odio con la comunidad LGTBI. Producida por El Terrat para la cadena TNT, la tenéis disponible en Movistar +. No os la perdáis. 

Para acabar, si con los títulos anteriores pasaréis buenos ratos riendo y otros llorando de emoción, me despido con dos series que os atarán al sofá y no os dejarán tranquilos ni un momento. Y parece mentira, pero ambas tienen como protagonistas a los máximos responsables de impartir justicia en los tribunales, cosa por cierto que no está pasando desde hace mucho en nuestro país. En la primera de ellas, Hierro, tenemos a una jueza, interpretada por Candela Peña –se me acaban los calificativos con esta enorme actriz– que, suponemos por no plegarse a ciertas dinámicas, es destinada «como castigo» a la remota isla de El Hierro en las Canarias. Allí se encontrará casi desde su aterrizaje y antes de poder siquiera adaptarse a la cultura isleña, con un caso de asesinato que despierta al principio las sospechas sobre un empresario platanero, interpretado también magistralmente por Dario Grandinetti, y que les llevará a ambos a establecer una relación curiosa de simbiosis para desentrañar los misterios que recorren este caso. 

Tal es la complicidad entre ambos personajes que la segunda temporada con otra trama diferente vuelve a reunirlos de forma muy acertada. De Hierro destacamos su ritmo propio de los mejores thrillers, sus maravillosos encuadres en la bellísima isla canaria, sus personajes perfectamente construidos y una atmósfera que te atrapa desde el primer momento. El dulce momento que atraviesa la ficción española es sin duda consecuencia de la irrupción de series como Hierro. La tenéis en Movistar +. Obligado verla.

 Y por último quiero hablaros de Your Honor, serie de la cadena Showtime, incluida en el catálogo de Movistar +, donde un juez de valores y currículum intachables se tiene que enfrentar a una situación límite con un suceso que le ocurre a su único hijo adolescente. Durante 10 episodios, este juez tendrá que hacer todo aquello que prometió que nunca haría para proteger a su hijo. El constante conflicto entre juez y padre es el hilo conductor de la serie. El ritmo frenético, las situaciones límite y los cliffhanger de cada episodio te atrapan sin descanso. Finalmente la interpretación excelsa de Bryan Cranston en el papel del juez Desiatto nos hace recordar los mejores momentos de tensión personal a los que se enfrentaba él mismo con Walter White en la aclamada Breaking bad. No podía haber elegido un mejor regreso a la pequeña pantalla. La tenéis que ver. Y eso es todo por hoy, que no es poco. Nos vemos en el próximo episodio.

Jose Guerrero Moliner
aFICCIONado

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