No, que el titulo no os engañe, no voy a hablar de pelis sobre Halloween, porque la muerte en el cine nos ha dado muy buenas películas mas allá de truculencias varias. De la muerte voluntaria o la toma de decisiones al final de la vida tratan las películas de las que voy a hablar.
Carlos Marqués-Marcet sorprendió, fascinó y recibió excelentes criticas en la recién terminada Seminci de Valladolid con Polvo serán (2024), que se estrena el próximo día 15 y de la que han escrito: «Hay una decisión política muy valiente en Polvo serán, y es que, no es sólo la enferma la que decide morir, sino también su pareja, que quiere despedirse con ella». Además, la gran Ángela Molina hace una interpretación de premio.
El último suspiro, última película de Costa-Gavras, «Una lírica y política a la vez aproximación al buen morir, la eutanasia y el suicidio como acto de libertad» según la critica.
Escribo esto recién acabada de ver La habitación de al lado (2024), una reivindicación de la eutanasia que me ha gustado y recomiendo mas allá de las actuaciones de las protagonistas, ambas inmensas. Alberto Iglesias no suele fallar pero está vez se ha superado, gran banda sonora. Incluso lo que menos ha gustado en general, yo lo he disfrutado, como la historia del fotógrafo de guerra y el jesuita, que me parece Almodóvar en estado puro.
También François Ozon, uno de mis directores europeos favoritos, habla de la muerte en Cuando cae el otoño (2024), mejor interpretación de reparto y mejor guion en el pasado Festival de San Sebastián.
Otra de las películas españolas que he disfrutado estos días, Los destellos, dirigida por Pilar Palomero, va sobre el final de la vida. Emocionante, humana y llena de vida aunque hable de la muerte. Patricia López Arnaiz fue premiada como mejor actriz en San Sebastián. Además, Antonio de la Torre hace una de sus mejores interpretaciones como enfermo terminal.
Todas estas películas son recién estrenadas o a punto de estrenarse, pero la lista de películas que, de una forma u otra, hablan de la muerte a lo largo de la historia del cine es enorme e incluye todos los géneros, desde una comedia tan gamberra como Un funeral de muerte (2007), que destila mala uva e incorrección política, hasta un clásico tan serio como El séptimo sello (1957), una de las grandes películas de Bergman en la que su protagonista juega una partida de ajedrez con la Muerte.
Y, si hablamos de animación, hemos de citar Coco (2017), bellísima historia con la cultura mexicana y la muerte como parte del argumento. A mí me gusta especialmente Amor (2012), en la que Michael Haneke explora el amor, el envejecimiento y la muerte a través de la relación de una pareja de ancianos. Y, por supuesto, he de nombrar Mar adentro (2004), de Amenábar, basada en hechos reales, que narra la historia de Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico que durante 25 años luchó para conseguir una muerte digna y cuyo caso desencadenó un gran debate social. Su protagonista, Javier Bardem, también lo es de Biutiful (2010), dirigida por Alejandro González Iñárritu, una película de difícil visión sobre el impacto de una enfermedad terminal.
Y acabo con El bus de la vida (2024), una película vitalista, entretenida y que emociona sin llegar a ser demasiado lacrimógena, a pesar de que su tema es el cáncer. Está dirigida por Ibon Cormezana, que además es productor de éxitos como As bestas y ahora mismo se puede ver en plataformas.
Arny Carrascosa Villar
Cada día más loco por el cine