liburu bat magikoa da

Leer es fundamental, esencial, sustancial: primordial, si queremos. Uno cierra los ojos y estando en enero siente todo un año entero por leer, para leer, incluso para ser leído y, en sí mismo, esta fantasía, pronóstico o propósito se convierte en gozo, enriquecimiento o “pura alegría”. Además de todo ello, leer es un acto de clara vanguardia, de apoyo a la creación, de creación misma y canto a la Cultura. Tal y como ahora se nos presenta o representa, la lectura y la escritura ocupan un espacio menor en la evolución del cerebro humano ¿Qué son, a fin de cuentas, dos milenios (poco más tiene la escritura y la lectura en sus “próximos” orígenes) frente a los 200.000 años del ser humano? 

Y más frente a una historia de Europa donde hace dos generaciones las personas que utilizaban la lectura o la escritura eran una minoría. En fin, lo ya dicho, que no hay un rasgo substancial en nuestras habilidades innatas que nos predisponga a la lectura, ésta requiere aprendizaje, disposición y entrenamiento. La lectura nos empodera, nos invita a incentivar (por extraño que parezca) la novedosa función cognitiva que es, por ejemplo, descifrar estos símbolos negritos que ahora escribo como si tal cosa. Además, nos ubica en un espacio de riqueza, de creatividad y resistencia; sí, de resistencia, sobre todo en estos tiempos, frente a ese mundo virtual de chichinabo que se ha convertido, ¡ay!, siendo pura chatarra o, peor, clara enajenación en un espacio venerado, cuasi religioso, cuasi inquisitorial. 

Fíjate por un segundo, ahora, en este preciso momento, si has navegado por estos signos hasta este punto, date cuenta, de que tu cerebro está realizando una proeza asombrosa: ¡estás leyendo! Cuatro o cinco veces por segundo tu mirada se detiene el tiempo suficiente para reconocer una o dos palabras. ¿Cómo es posible que estos signos sirvan para recrear en ti una idea y, más, para poder comunicarnos? Deja de leer y mira por un momento el lugar donde te encuentras. ¿No enriquece tu mirada el hecho de parar de leer y observar «el mundo»?

El cerebro de una persona leyendo (dentro de la alucinante función del mismo) es como «el más difícil todavía» de los circos, es el prodigio de los prodigios y lo mas prodigioso que podemos hacer con esta nuez que alberga el interior de nuestras cabezas.

Dicho lo dicho y, como esto va de libros, podemos pensar en los libros por leer o incluso los libros por releer del año que por calendario viene, o preguntarnos sobre qué leeremos durante este ciclo que recién arranca, o cómo serán todos esos extraordinarios momentos de lectura por llegar, o cómo llegará a nosotras lo leído, o qué sorpresas encontraremos en este universo extraordinario, inmenso y rico de los libros. 

Y leemos, leemos, leemos…, y nos imaginamos visitando bibliotecas del siglo XXI, con libros, espacios, ideas, propuestas, eventos… con lugares donde construir una comunidad dispuesta a vivir, dispuesta a transmitir la cultura, a mantener la estructura sustancial del ser humano y, por ende, de la vida, la vida rica vinculada a la consciencia, a la sensibilidad, a la literatura, a la transmisión,  a la creación de conocimiento y de contextos verdaderamente nutricios y con futuro.

En fin, date cuenta de que estás leyendo, de que estás descifrando estos extraños signos para apropiarlos a tu capacidad cognitiva, recreativa y de pura alegría, de que estas ejercitando una de las habilidades más supremas de la mente humana y que, además, lo hacemos temiendo padres, abuelos, bisabuelas, ancestros… que jamás pudieron hacerlo. 

Y a lo mejor piensas, como yo estoy pensando ahora mismo, en una noche extraordinaria de estrellas y planetas, cómo serán estos próximos meses lectores del redondo 25, donde bibliotecas, autores, autoras, editoriales, librerías, instituciones… están dispuestos y dispuestas para que la rueda del libro continúe, porque leyendo no solamente vivimos más, sino que vivimos mejor, con más enjundia, con más vigor, con más gozo, con mayor capacidad de transformar la barbarie (esa que podemos ver perfectamente en cualquier lugar real o virtual) en benignidad, empatía y belleza.     

¿Estás preparada, estás preparado para gozar, crear, leer, releer, ir a tus bibliotecas, ir a tus librerías, abastecer de libros a tu chiquillos y chiquillas, para enriquecerte y enriquecer el magnífico, extraordinario, infinito universo de los libros? En fin, «liburu berri zoriontsua» o «liburu bat magikoa da», feliz libro nuevo, o feliz libro mágico, o feliz perdiz camino de El Toboso.

Biblioteca Pública Municipal
bibliotecaspublicas.es/bunol

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