Solo puedo recordar
en la mente alguna cosa
nos teníamos que alegrar
de esta fiesta religiosa.
Nos lo pasábamos fetén
a por musgo vamos al río
en cada casa un Belén
y me arreglaba yo el mío.
Esperando todo el año
y la verdad que no miento
pastores con su rebaño
en ese bello nacimiento.
Y que a nadie se le ocurra
el niño que está tumbado
la Virgen, San José y la burra
y ángel allí colgado.
Y para darnos ya la lata
por lo menos en el mío
ponía un papel de plata
para que pareciera el río.
Y con todas la ilusiones
musgo, piedras y piteras
de los mismos Peñones
o del molino Fartera.
Y os digo la verdad
y no por ser ya cruel
sin árbol de Navidad
ni estaba Papa Noel.
Y una de las cosas bellas
con alegría a caudales
era el colgar las botellas
en el mismísimo Rosales.
Aunque de distinto lote
con una gran ilusión
con Bautista Caberote
se colgaban en el balcón.
Pa ponerle los laureles
rotulaba de verdad
el Rubén con sus pinceles
una Feliz Navidad.
Y para gitanos y payos
y sin tener mucha prisa
le llamaban la del gallo
y a las doce a la misa.
Y esta alegría sana
la compartimos los dos
con volteo de campana
pues ha nacido ya Dios.
Y pegando ya algún brinco
muy cerca de los altares
cantábamos los villancicos
que eran muy populares.
Y alguno que se me ocurra
aún siendo yo pequeñín
hacia Belén va una burra
o hay del chiquirritin.
Felicitaciones y os quiero
mayores y a los sagales
a beber sidra El Gaitero
al Litro y también a Rosales.
Pues se llamaba champán
y era producto de lujo
cambiamos ya de plan
por coñac o por orujo.
Y esta fiesta tan sana
se vivía con la gente
hasta por la mañana
si no cambiaba la mente.
Y el día de Navidad
había un buen rollo
no todos ya de verdad
tenían pa comer pollo.
Y para calmar el buen apetito
pues teniendo un buen corral
un buen pollo o buen tito
se mataba ese animal.
Lo digo ya de verdad
ropa casi de estreno
la sopa de Navidad
y ese pollo ya relleno.
Y dentro del mismo lote
y con todas ilusiones
piña de las de bote
turrones y polvorones.
Y ya siempre cantando
estos graciosos chiquillos
pues pedían el aguinaldo
para llenar los bolsillos.
Y sin tirarte los suelos
sin armar algún lío
ibas a por de tu abuelos
del padrino y de los tíos.
Un beso o un galleta
sonrisa o cara seria
sacaban una peseta
dentro de esta miseria.
Dejando los halagos
y para ser sincero
venían los Reyes Magos
el mismo 6 de enero.
Pensando está mi mente
de lo que os voy a contar
pues los 3 magos de Oriente
venían solo al hogar.
Me parecía muy mal
sin basarme en las leyes
eran los de auxilio social
que se disfrazaban de Reyes.
Muy cutre iban ellos
aunque parecía bueno
ni caballos ni camellos
iban en un todo terreno.
Teníamos ilusiones
y poco que padecer
con algunos coscorrones
nos traían un plumier.
Subían como la hiedra
cada vez eran mas ricas
muñecas de cartón piedra
les traían a las chicas.
Lo que me dejaron primero
creo que en esto no fallo
un forti de los de vaquero
y de cartón un caballo.
Y sin tener ya paciencia
juguetes íbamos a ver
a casa de Moliner
cerca del Banco Valencia.
Sin entender ya de leyes
y con poco que vivir
en la carta de los Reyes
los teníamos que pedir.
Esta es la pura verdad
todo lo que yo he contado
en la fiesta de Navidad
sentirme un privilegiado.
Juan Manuel Aparisi Ortiz
Farmacéutico y licenciado en derecho