Como de costumbre, llegan estás fechas y estoy a dieta porque, como manda la tradición de mi generación, uno de los propósitos del año nuevo es adelgazar, para poder lucir un cuerpo lo más normativo posible este verano. En mi época lo normativo era 90/60/90.
Mi esperanza es que algún día las chicas, porque es verdad que según vas madurando vas aceptando tu cuerpo, más o menos normativo, pero tuyo, no se vean sometidas a tal dictadura.
Y aunque se están dando pequeños pasos en la moda y, por tanto, en la sociedad, incluyendo diversos tipos de cuerpos en algunos anuncios, en realidad son insuficientes para que el mensaje llegue a calar en la sociedad. Deberían ser una mayoría los que mostrarán que hay multitud de cuerpos y todos ellos son válidos.
Es triste que, terminando el primer cuarto de siglo, veamos como algo excepcional que una mujer como Lalachus pueda dar las campanadas con un cuerpo no normativo. Y me preocupa el mensaje que les llega a nuestras niñas cuando se sigue con un estereotipo de cuerpo femenino poco real, cuando se debería de concienciar en que todos los cuerpos son normativos y aceptables.
Es curioso que mientras nos venden la inclusión de todos los cuerpos, por otro lado, uno de cada dos anuncios que nos asaltan en las redes sociales son para perder kilos. Y otra cosa peculiar es cómo disfrazamos la gordofobia, porque ante todo hay que ser políticamente correcto, con términos como: «moda curvy» o cuerpos midsize (que incluyen a todas aquellas personas que usen talla desde la 40 a la 48 o de la M a la XL).
En conclusión, las mujeres históricamente siempre nos hemos llevado la peor parte de la esclavitud de la moda y de los cuerpos estereotipados y tendremos que seguir educando para que esto poco a poco vaya cambiando realmente.