
A veces basta mirar cómo usamos el celular para entender por qué Mark Zuckerberg piensa que su ciclo empieza a agotarse. Lo desbloqueamos de forma automática, lo consultamos por rutina y lo dejamos sobre la mesa como si fuera parte del mobiliario. Meta quiere mover esa relación hacia un dispositivo distinto y más discreto, unas gafas que muestran información sobre lo que tenemos delante. El proyecto está avanzando y busca cambiar el centro de nuestra vida digital.
La nueva joya de Meta llega en forma de gafas
Zuckerberg lleva meses insistiendo en la misma idea, porque según él el celular ya se quedó corto. Es pequeño, dispersa la atención y, paradójicamente, termina aislándonos en lugar de acercarnos. A partir de ese diagnóstico propone algo que, aunque suene arriesgado, también resulta inevitablemente atractivo: unas gafas de realidad aumentada capaces de superponer información directamente sobre lo que estás viendo.
Se llaman Meta Ray-Ban Display. Por fuera son discretas, casi normales; por dentro esconden pantalla, cámara, audio, conectividad y un sistema que funciona con voz, gestos o una pulsera capaz de interpretar micromovimientos musculares. Con esa combinación puedes entrar y salir de funciones rápidas, consultar notificaciones, ver vídeos breves e incluso acceder a plataformas de casino online como la de Betfair sin necesidad de sacar el móvil.
¿Y qué pueden hacer estas gafas que no haga ya mi teléfono?
De entrada, te muestran notificaciones, te permiten hacer traducciones en tiempo real, ver subtítulos mientras hablas con alguien e incluso navegar sin necesidad de sacar el celular del bolsillo. Es como llevar un asistente encima, solo que sin ese aire robótico que solemos asociar a la inteligencia artificial, y con la posibilidad de acceder a pequeñas experiencias inmersivas de distintos sectores, desde herramientas educativas hasta dinámicas de ocio ligero como una ruleta online integrada en el propio entorno visual.
Además, y esto es clave en la visión de Zuckerberg, todo ocurre sin interrumpir el contacto con el mundo real. No te obliga a mirar hacia abajo ni a desconectarte de lo que tienes delante.
Suena muy bien… pero ¿ya se puede vivir solo con eso?
Aquí es donde entra la parte menos glamorosa del asunto. A pesar de que las gafas están pensadas como el futuro reemplazo del celular, todavía no pueden funcionar por completo de forma independiente. Necesitan estar conectadas a un dispositivo base para algunas tareas, como realizar llamadas, por ejemplo. Así que sí, por ahora siguen siendo un complemento más que un sustituto.
La gran pregunta es si la gente está preparada
Más allá de la tecnología, lo realmente decisivo será ver si la gente está dispuesta a cambiar sus hábitos. Nos hemos acostumbrado tanto al gesto de desbloquear el teléfono, teclear rápido y ver el mundo a través de una pantalla grande, que dar el salto a unas gafas inteligentes como centro de la vida digital no parece un paso inmediato.
Meta lo sabe, y por eso la estrategia no se basa solo en lanzar un gadget nuevo, sino en construir un ecosistema entero. Las gafas, la pulsera Neural Band, y quién sabe qué más estará en desarrollo. El objetivo es que la transición se sienta natural, que no suponga complicaciones ni la sensación de llevar un artilugio extraño en la cara.
Entonces, ¿estamos ante el final del celular?
Todavía no, pero el mensaje de Zuckerberg es directo y contundente: el smartphone, tal como lo usamos hoy, tiene los días contados. Y aunque no sea mañana ni pasado, si Meta logra convencer a la gente de que estas gafas son útiles, cómodas y confiables, el cambio puede llegar más rápido de lo que pensamos.
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