¿Quién no ha entrado en alguna ocasión a un establecimiento con la intención de comprar y ha salido con decepción por el trato? Y entonces piensas, a esta persona le hace falta tomar All Bran…
A la mayoría nos ha pasado alguna vez, y es que, aunque te gastes millones en publicidad, lo más importante seguimos siendo las personas.
No todo el mundo posee esas cualidades, sonreír a un cliente, preguntarle que está buscando, tratar de ofrecérselo todo ello con amabilidad y encima salir del establecimiento con una sonrisa y con la convicción de volver.
Se llama empatía, parece fácil, pero no lo es, y a pesar de todo, es lo más importante hoy en día para que tu negocio funcione. Lógicamente a ello has de añadir más ingredientes, publicidad, notoriedad, el boca a boca y estar alineado con los tiempos que corren, y con ellos las redes sociales, hoy en día tan poderosas que incluso grupos de música han triunfado gracias al YouTube.
Tu empatía, conectar con tu público, no puede llegar a todas las personas que quisieras. Por ello has de acompañarlo con difusión a través de publicidad y conseguir que potenciales clientes se acerquen a tu negocio y una vez allí, por supuesto, convertir un potencial cliente en cliente.
Todo esto sigue siendo la esencia del pequeño comercio, del de barrio, de poblaciones como Buñol. El trato con el público sigue siendo lo más importante por encima del precio y las gangas. Un comercio que domine el trato con su cliente y haga buenas promociones ya tiene un largo camino hecho.
En ocasiones destinamos la mayor parte de nuestro tiempo a cosas que parecen urgentes por encima de las importantes, pero importante es pararte a reflexionar sobre qué hacer para que mi negocio vaya mejor en lugar de meterme en una espiral de negatividad.
La publicidad cuesta dinero si no sabes aprovecharla, pero bien utilizada es un tesoro. Existen muchas campañas de publicidad que han triunfado, y es que innovar y hacer algo distinto y creativo siempre suele ser garantía de éxito, desde que le pones el nombre a tu negocio hasta cada minuto que inviertes en él.
Por ejemplo, ¿acaso no fue creativo para la cadena de restaurantes Foster’s Hollywood, cadena española por cierto, pagar solo la primera bebida? En realidad no dejan de ganar un euro, porque nadie bebe tanto como para arruinar al local, pero se trata de una promoción distinta hoy en día copiada por muchos otros.
O, por ejemplo, la famosa campaña de las latas de Coca Cola con tu nombre, yo incluso la guardé. Fue algo distinto e innovador, y además personalizado.
Otra promo que ya se ha hecho habitual, pero que seguramente la primera tour-operadora que lo ofreció dio con la clave, fue ofertar viajes a Disney “niños gratis”.
Existen incluso promociones que ni dependen del trato con las personas sino de captaciones masivas que luego difícilmente se pueden gestionar si no es con una postventa telefónica que nos desespera. Sí, las telecomunicaciones. ¿Quién no ha acabado gritando por teléfono a una máquina? Captar al cliente resulta fácil, pero mantenerlo en este caso es más difícil, muchos se irán y además pagarán por ello.
En los centros comerciales se respira otro ambiente, suelen ser comercios llenos de gangas pero con poca empatía. A pesar de que funcionan, lo cierto es que nunca volverás por el trato recibido.
Es tan poderosa la empatía y ese arte de saber vender y conectar con un cliente, que en ocasiones se te puede ir de las manos llegando incluso a vender preferentes a personas que no las necesitan. Por eso un buen vendedor también debe saber decir no.
El antes, el durante y el después de una venta son igual de importantes, y el hacer que te recuerden cuando te olvidan, es cosa de la publicidad.
En general, hay que pararse a reflexionar sobre qué hacemos y qué no hacemos, y qué hacer para invertir mi tiempo en lo que realmente haga que el día a día sea mejor. Aplicado a mi negocio sería como invertir mi tiempo en lo que realmente hace mi negocio más rentable.
Bus Iness.
Emprendedor@.
