La mujer y la República, un camino hacia la igualdad.

En la historia de España, el papel de la mujer ha sido marcado por la tradición patriarcal y las limitaciones impuestas por las estructuras sociales. Antes de la segunda República, las mujeres enfrentaban una serie de obstáculos que les impedían desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida.

Tal y como refleja la escritora y ensayista Lidia Falcón en su artículo «Las mujeres en la República», las mujeres españolas estaban en la peor condición de todas las mujeres de Europa, vivían es un estado de pseudoesclavitud, sufrían un gran indice de analfabetismo, cobraban un 50% menos de salario que los hombres, sufrían mayores castigos por delitos como el adulterio, el de anticoncepción o aborto. Eran invisibles en todos los ámbitos de la sociedad civil, política, cultural, laboral e incluso en el ámbito sanitario. Si a alguien podía beneficiar la República era sin duda ninguna a las mujeres.

La instauración de la República en 1931 marcó un punto de inflexión crucial en la lucha por la igualdad de género. Antes de la República se inició un proceso de transformación radical en la situación de las mujeres españolas. La nueva Constitución de 1931 estableció principios de igualdad y derechos civiles para todos los ciudadanos, incluidas las mujeres. Con la llegada de la República la mujer abandono su posición doméstica para ir alcanzando posiciones sociales y así empezar a participar en la vida pública.

En el ámbito social, la República promovió la igualdad de género mediante la eliminación de barreras legales y la implementación de políticas que favorecían la participación activa de las mujeres en la sociedad. Se fomentaron iniciativas para mejorar la salud y el bienestar de las mujeres, así como programas de educación y formación que les brindaron nuevas oportunidades.

En el ámbito laboral, la República introdujo leyes que protegían los derechos de las trabajadoras y promovían la igualdad salarial. Se ampliaron las oportunidades de empleo para las mujeres, y se reconocieron sus contribuciones en sectores antes dominados por los hombres. La creación de sindicatos y asociaciones de mujeres les permitió organizar la lucha para mejorar las condiciones laborales y derechos laborales.

En el ámbito político, la República otorgó a las mujeres el derecho al voto y la posibilidad de ocupar cargos públicos. Esto representó un hito histórico en la lucha por la igualdad de género, ya que las mujeres pudieron participar activamente en la toma de decisiones políticas y contribuir al desarrollo de la democracia.

En el ámbito jurídico, la República impulsó reformas legales que protegían los derechos civiles de las mujeres y combatían la discriminación de género. Se promulgó legislación para garantizar la igualdad ante la ley y para combatir la violencia de género, sentando las bases para un sistema judicial más justo e inclusivo.

En el ámbito educativo, la República apostó por la educación laica y coeducativa, que permitía a las mujeres acceder a una formación integral y desarrollar todo su potencial intelectual. Se abrieron nuevas escuelas y se implementaron programas de alfabetización para mujeres adultas, lo que contribuyó a empoderar las y elevar su estatus social. 

En resumen, la instauración de la República en España representó un punto de inflexión histórico en la lucha por la igualdad de género. A pesar de los desafíos y las resistencias, la República sentó las bases para un cambio profundo en la situación de las mujeres, abriendo nuevas oportunidades y horizontes que antes les estaban vedados. Aunque el camino hacia la igualdad aún era largo y sinuoso, la República marcó un inicio prometedor en la búsqueda de una sociedad más justa e inclusiva para todas y todos.

La República nos dio a la Mujeres entidad social, pasando a ser miembros activos de los cambios que se estaban produciendo. Los aires de Libertad e Igualdad de la República nos permitieron soñar e irnos realizando como seres más allá de lo doméstico, nos dotaron de voz y empezamos a ser oídas. Fuimos capaces de romper obstáculos y rasgar la discriminación. Sueños que se empezaron a diluir en Julio del 36 y que durante décadas intentaron soterrar para que volviéramos a ser domésticas, y que poco a poco vamos recuperando hasta que el sueño sea vida.

MDM Buñol
Movimiento de Mujeres Democráticas

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