Buñoleros ilustres: Carlos Simón Vallés.

El Profesor Carlos Simón, –Carlicos el «Tintorero», como a él le gusta recordar–, hijo de Carlos Simón Espert y Carmen Vallés Ortiz, es el vivo ejemplo de lo que el ser humano es capaz, mediante el esfuerzo, la disciplina y el trabajo –amén de una mente privilegiada, como es el caso–. Este científico de reconocido prestigio internacional, cuyo currículum y brillante trayectoria le avalan, es, ante todo, un investigador nato e incansable, de cuyos frutos se ha beneficiado la medicina en general, y la medicina reproductiva en particular. Pero retrocedamos en el tiempo.

Sus abuelos paternos tenían una tintorería en la que trabajan sus padres. A la edad de tres años Carlos queda huérfano de padre y, diez años después, su madre contrae segundas nupcias. Cursa el bachiller en Buñol y desde su infancia tiene muy claro que quiere ser médico. En su época universitaria, dados los escasos recursos de su familia, pinta viviendas y fachadas durante las vacaciones de verano, para financiar sus estudios. No, Carlos no lo tuvo fácil. Pero su capacidad, tesón y fuerza de voluntad, que todavía le acompañan, tuvieron su premio. Veámoslo a través de un resumen de su perfil profesional.

En 1985 obtiene la licenciatura en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, con premio extraordinario de licenciatura. En 1987 tras obtener el número 96 de la convocatoria MIR, elige realizar la especialidad de Obstetricia y Ginecología en el Hospital Clínico de Valencia, que finaliza en 1990. Durante su etapa de MIR, en 1988, Carlos contrae matrimonio en Buñol con la buñolera Ana Francés.

Tras el MIR hace el doctorado y en 1991 el Ministerio de Educación y Ciencia le concede una beca posdoctoral para realizar la especialización de Inmunología Reproductiva en la Universidad de Stanford, California (USA). Allá que se marcha Carlos con su esposa y a su regreso a España, en 1994, una serie de instituciones públicas y privadas como el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Instituto de Salud Carlos III, la Consellería d’Educació Valenciana, La Consejería de Industria Vasca, así como, varios organismos internacionales y universidades americanas, le financian proyectos como investigador principal. Por otra parte, ese mismo año del regreso, Carlos y Ana estrenan paternidad, con el nacimiento de dos hijos mellizos, Carlos y Blanca.

Podríamos catalogar 1994 como un año mágico para Carlos porque, además, es nombrado profesor titular, de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia, pasando a ser Catedrático en 2007. Entre 1994 y 2016 es Director Científico de la Fundación IVI, así como Académico de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana. De 2004 a 2011, Director del Banco de Células Madre de Valencia. Entre 2009 y 2011 y Director Científico del Centro de Investigación Príncipe Felipe. Es invitado a ser miembro y asesor científico de numerosas fundaciones y universidades de diversos países (Australia, Bélgica, USA, Reino Unido); es miembro asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y representante español de la International Society for Stem Cells Research (ISSCR). Sus investigaciones en la implantación embrionaria y células madre, han dado lugar a más de 500 trabajos científicos, publicados por Carlos en diversas revistas internacionales. Además es autor y editor de 20 libros en castellano, inglés y portugués. 

Carlos Simón tiene siete patentes internacionales y una nacional, que han dado lugar a la creación de tres empresas biotecnológicas: una de Medicina Regenerativa (Stemlifeline, en San Carlos, California, USA), otra de Medicina Reproductiva (Embryonics, en Bilbao), y otra de Genómica en Medicina Reproductiva (Igenomix SL, en Valencia), de la que es fundador y Director Científico desde 2011.

Otro hecho muy significativo en la vida personal de Carlos es su matrimonio, en segundas nupcias, celebrado en Valencia el año 2000. Su segunda esposa es la colombiana Diana Valbuena, también médica de su misma especialidad. Fruto de este segundo matrimonio, son otros dos hijos, Oscar y Diana.

Son muchos los reconocimientos, así como premios nacionales y extranjeros que le han sido otorgados por sus logros científicos en diversas líneas de investigación, pero quizá el más significativo, por ser el de casa, ha sido el Premio Rey Jaime I de 2011, en investigación médica, por su estudio pionero sobre el endometrio humano, la mucosa que tapiza el útero, una de las causas más importantes de infertilidad en el mundo. Este premio, dotado con cien mil euros, medalla de oro y diploma, lo concede anualmente la Generalitat Valenciana a través de un jurado que, en esta ocasión, estaba compuesto por diecinueve premios Nobel, que emitieron su fallo el 7 de Junio de 2011. La entrega de estos premios tuvo lugar el 19 de Octubre, en una ceremonia solemne presidida por la Reina Sofía, en el emblemático edificio de La Lonja. Cabe añadir que este premio de ámbito nacional, impulsado por el Profesor Grisolía, cuenta veintitrés años de trayectoria y ha adquirido un notable prestigio nacional en el mundo científico. Con él se premia al mejor en cada disciplina o rama del saber, en número de seis.

Pero si el premio Rey Jaime I, que es de ámbito nacional, lo hemos catalogado como el más significativo por ser el de casa, a este premio le ha seguido otro, seis meses después, que nos atrevemos a calificar como el más entrañable. El Ayuntamiento de Buñol, en sesión plenaria de fecha 26 de Diciembre de 2011, aprueba, por unanimidad, concederle el título de Hijo Predilecto. El acto, público y solemne, para entrega de este título,  tuvo   lugar  el  3  de  Febrero  de  2012  en  el  emblemático

Palacio de la Música, lleno a rebosar, con asistencia de las primeras autoridades locales y destacadas personalidades de la ciencia y de la Universidad de Valencia. En su brillante y emocionado discurso, Carlos, que es buñolero por los cuatro costados, tras los saludos de rigor, dijo: «Ser reconocido por vosotros, mis conciudadanos, como hijo predilecto de mi pueblo y poder hacerlo delante de mi madre, mi familia y mis amigos es sencillamente el mayor honor personal de mi vida». Seguidamente hizo un resumen de su vida, privada y profesional, expresando su gratitud a cuantas personas habían hecho posible ese momento, especialmente «a mi madre, que fue mi estímulo y un ejemplo de abnegación a imitar. Ella me enseñó los tres valores más importantes que han regido mi vida: el trabajo, la honradez y el servicio a los demás» –dijo–.

En 2014 el Rotary Club de Valencia le concede el Premio Llama Rotaria, por sus trabajos de investigación al frente del IVI. La entrega de los premios tuvo lugar en una cena de gala en el Hotel Valencia Palace, sede del Rotary Club.

Los reconocimientos y galardones a Carlos no cesan. Citaremos solo los dos siguientes al de Buñol. En 2014, la ASRM (American Society for Reproductive Medicine) de Washington, le concede el «Premio KY Cha» de Investigación en Células Madre. En 2016, esa misma institución le concede el  «Premio Investigador Distinguido de ASRM». Durante una convención anual de la ASRM en Salt Lake City, Utah (USA), Carlos recoge este galardón, que solo lo poseen doce investigadores en el mundo, siendo Carlos el primer europeo en obtenerlo. Siguieron otras distinciones, tanto nacionales como extranjeras, que sería muy largo citar.

Pero no se detiene aquí la avalancha de logros científicos y académicos de Carlos. Su reconocido prestigio a nivel  internacional, hace que las instituciones científicas y docentes más punteras del mundo quieran tenerlo en sus filas como docente. Es por eso que entre 2013 y 2019 fue Profesor de la Universidad de Stanford, California, aquella en la que, durante tres años, cursó estudios en la década de los 90. Cabe añadir que estamos hablando de la universidad que ocupa el segundo lugar en el ranking mundial. «Es uno de los grandes logros de mi vida. Hace ahora veintidós años me comunicaron que me aceptaban como estudiante posdoctoral en Stanford y ahora me nombran profesor de la institución en la que me formé» –dijo Carlos a los medios–. Desde 2014 es Profesor adjunto del Baylor College of Medicine, de Houston, Texas (USA). Desde 2019 es profesor en la Universidad de Harvard, en Boston, Massachusetts (USA). Obviamente tiene que atender estos cargos alternándolos con sus tareas docentes y de investigación en la Universidad de Valencia.

A Carlos lo vemos como un futuro Premio Princesa de Asturias. Cuando lo felicitamos por el Premio Jaime I, le dijimos que esperábamos verlo algún día en Estocolmo, recogiendo el Premio Nobel. Por trabajo, dedicación y talento no va a quedar. Y por deseo nuestro tampoco.

Para terminar, nos quedamos con una frase de Carlos, al Diario Levante, con motivo del Premio Rey Jaime I.  Dijo así: «Mi carrera es mi vida. Pagaría por lo que hago».

Nota del autor al margen del texto: Es para mí un orgullo manifestar que este ilustre buñolero es sobrino mío (hijo de un primo-hermano). Del libro “La Villa de Buñol en el tiempo” (2ª edición – 2022) (Con permiso de su autor).

Juan Simón Lahuerta
Buñolerómano

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