Cada año a los vecinos de Buñol les emociona e ilusionan sus fiestas, pero las representantes de sus bandas las sienten en mayor medida. Es el caso de las Misses y Reinas de Buñol. Ser Reina o Miss es un sentimiento indescriptible. A lo largo de los años la fiesta ha ido evolucionando de distintas maneras, pero la emoción por desfilar por las calles de Buñol, lucirte delante de la banda y estar orgullosa de representarla al son de sus instrumentos y con todos los ojos de los vecinos puestos en tu estilo, tu peinado, tu vestido, es algo que sólo pueden explicarnos quienes lo han vivido de cerca.
Nos lo cuentan Nuria Masmano, Miss infantil de El Litro en 1988 y Blanca Marzo, Reina de Los Feos en 1969. Han pasado ya muchos años, pero esos recuerdos son imborrables.
Blanca supo que era reina quince días antes de la presentación. Entonces se subastaba la banda en Montecarlo, se pujaba por ella y ese día se sabía quién sería la reina de ese año. En ocasiones se sabían las probabilidades que había para ser elegida, pero no con toda seguridad. Fue en ese agosto de 1969 cuando, recién adquirida la banda en la subasta, la familia Marzo se puso manos a la obra para, en un tiempo récord, conseguir confeccionar los vestidos que se lucirían en la fiesta, gracias a la tía «Vicentita». Y así, Blanca Marzo, con 19 años, se convirtió en Reina, entre «coneja y coneja», y con Cristina Ferrús de Reina infantil. Eran otros tiempos, y las cosas se hacían con menos preparación. Lo único que tenían resuelto era la peluquería, dado que Blanca venía de familia de peluqueros, y aunque ese año tenía el pelo bien corto, la mano de la familia hizo que Blanca luciera y representara a la sociedad con peinados y postizos que aguantarían la corona de Reina de Los Feos. En aquellos años las sociedades tenían que esforzarse para llenar el teatro en las presentaciones, por lo que la sociedad ese año trajo a Nino Bravo a actuar en 1.969. Un vestido largo para la tarde del día de Los Feos, el cual volvió a ponerse en el día de las músicas. Un traje de buñolera que le dejó la sociedad, y que le venía algo corto. Pero con trajes más o menos bonitos, el sentimiento fue inolvidable. La tarde de la fiesta de Los Feos desfiló del brazo de su marido. Entonces podías hacerlo, ahora ya no es costumbre.
Veinte años después, Nuria Masmano, con 8 años, fue Miss Infantil de El Litro junto a Emi Ortuño. Entonces ya existía la figura de representante de El Litro, también la de pajes que acompañaban a la Miss Infantil, los cuales eran portadores del litro y la lira. Los pajes fueron su hermano Enrique y su prima Alicia. Fue otra generación. A Nuria le dio tiempo a preparar con mucho esmero el año en el que luciría su banda de Miss. Un vestido para cada ocasión, todos expuestos previamente en casa de Enrique Masmano y Carmen Carrascosa. No había lugar a la improvisación, trajes perfectamente cosidos, expuestos y lucidos, bandas tocando en cada desfile y misses luciéndose en cada acto. Todavía no existían los moros y cristianos, hoy imprescindibles en las cabalgatas de El Litro. Ese año Nuria y sus pajes pasaron un aprieto en la mítica cuesta Soriano, que no está diseñada para carrozas de grandes dimensiones. Más de una vez alguna carroza ha arriesgado su integridad en la misma, y así ocurrió con la Miss Infantil y sus pajes. Nuria siempre fue alérgica al espliego, pero ese año la alergia dio tregua y ni rastro de ella. Nuria se vistió por la mañana con una toca prestada por Mila Tamarit de Pepica Lire, que tenía más de cien años de antigüedad. Nuria, de 8 años, se lució en cada fiesta, incluso el día de la músicas, sin saber hacer lazos en las banderas. Representó a El Litro en cada acto.
Tras cada fiesta, los himnos, la piel de gallina al son de «cantemos juntos» o «litrero soy» y los correspondientes fuegos artificiales con las calles llenas de gente y el aroma de la fiesta de cada sociedad.Dos épocas, dos bandas, dos representantes, mismos nervios, misma ilusión, misma emoción. Viva el Litro y Viva los Feos.
AsíesBuñol magazine
Redacción
