El verano se va acabando y la rutina va llegando. Esa rutina que a la mayoría nos gusta tan poco, aunque cada vez oigo a más gente decir: «ya tengo ganas de volver a la normalidad, de coger la marchica». Lo siento, no lo entiendo.
En vacaciones bailan las horas como en ninguna otra época del año, nos despertamos tarde, comemos tarde, merendamos aún más tarde y nos acostamos, mayores y niños, ni se sabe cuando. Pero el invierno y los horarios luego son muy largos. ¿Qué prisa tenéis? Sigo sin entenderlo.
Como dije en su día, nuestros niños y niñas han superado su verano. Vacaciones, casas de campo, piscinas, familia, viajes, etc., o nada de eso, quién sabe. Cada uno y cada una lo habrá superado como haya podido.
Sin embargo, existe una virtud que solamente tienen los niños y niñas y es que, da igual cómo hayan acabado el curso de cansados de exámenes, de deberes, de trabajos, de sus maestros y de todas sus rutinas diarias, da igual porque el próximo 11 de septiembre volverán a llenar los colegios de toda la Comunidad Valenciana y sus caras serán de ilusión. Una ilusión y unos nervios hacia la novedad, a los nuevos y a los viejos encuentros, a lo desconocido y a lo ya esperado, una ilusión provocada por el comienzo de un nuevo proyecto: el curso escolar 2023-2024.
Este próximo curso, para no defraudar, viene cargado de novedades. En esta ocasión le toca a los cursos pares. Preparaos segundo, cuarto y sexto de primaria, que entráis en la nueva ley de educación: la LOMLOE.
¿Y qué significa esto? Pues cambios en las estrategias de enseñanza-aprendizaje, libros nuevos adaptados a la nueva ley, informes de evaluación totalmente diferentes de los anteriores y, sobre todo, cambios de nomenclatura. Esta última parte afecta básicamente a los maestros y maestras que, una vez más, volverán a adaptarse y a realizar todos los cambios tal cual han ido haciendo con todas las leyes que cada gobierno le viene en gana imponer. ¿Será todo el trabajado en vano? ¿Durará mucho esta nueva ley? ¿Habrá nuevo gobierno y con él nuevos cambios? No se sabe, pero de lo que están seguros los maestros y maestras es de que las leyes que legislan nuestro sistema educativo no depende de ellos.
Además, a los maestros y maestras les pasa como a los niños, da igual lo saturados que acaben cada curso, el próximo 11 de septiembre volverán a llenar todos los colegios de la Comunidad Valenciana con ilusión.
Nuestros niños y niñas han superado el reto y regresan a los colegios y a las actividades extraescolares, vuelven a la marchica. Enhorabuena.
Y no me gustaría acabar sin recordar un eslogan que salía en un anuncio de televisión hace ya unos años y que en esta ocasión viene de maravilla: «Todos necesitamos un poco de sur para poder ver el norte», que, traducido al contenido que nos ocupa, vendría a ser: para que haya rutina, orden y organización antes tiene que existir lo contrario.
¡Feliz vuelta!
Con D de Dátil
Profesora
