Series: lo mejor de 2022

Hola de nuevo, amigos y amigas seriéfilas y amantes de la ficción. Vuelvo de nuevo por aquí para compartir unos cuantos títulos de las que, en mi humilde opinión, han sido las mejores series de este ya finiquitado 2022; un año (más) para olvidar en lo sociopolítico pero muy prolífico en cuanto a estrenos. 

Soy consciente de que se me quedan fuera varios títulos muy buenos en esta pequeña selección que os he hecho, pero la enorme cantidad de producción de nuevas series y la exagerada oferta de las mismas en la también excesiva cantidad de plataformas de streaming que compiten salvajemente entre ellas, no me deja tiempo para poder ver y, por tanto, valorar algunas series que quizá sí habríais metido en vuestro Top. También porque pese a que suelo ver series nuevas, voy alternando con series ya finalizadas que me quedan por ver de esa larga e interminable lista que seguro nunca acabaré. 

Este 2022, además de muchas nuevas producciones, nos ha dejado el final de algunas series ya míticas, como The Walking Dead (11 temporadas) y Better call Saul (6 temporadas). La primera, por su enorme longevidad y, nos guste más o menos, por su tremenda repercusión en el género de zombies, y la segunda por su extraordinaria calidad al nivel como mínimo (si no más) de su serie madre Breaking Bad. Tan bueno ha sido el final de Beter call Saul y tan buena es la serie, que merece un artículo aparte sólo para comentarla. Pronto lo tendréis. Pero vamos con mis recomendaciones de este año que se nos ha ido.

La primera y la que a mi juicio es quizás la mejor serie del año pasado, es Separación (Severance), una serie inclasificable que combina la ciencia ficción con el drama y el thriller de una forma magistral y que te lleva al límite a lo largo de 9 episodios. La serie narra la historia de Mark, un empleado de oficina de una gran corporación que se ha sometido voluntariamente a una intervención quirúrgica en la que han sido separados sus recuerdos en dos partes: los de su yo como trabajador mientras dura la jornada y los de su vida personal durante el tiempo que pasa desde que sale hasta que vuelve a trabajar. A partir de la desaparición del que era su colega de trabajo, empezará una carrera por saber qué esconde la corporación que somete a esta operación a sus empleados, quién es él en su otro yo y qué motivos le han llevado a tomar esa decisión. Con un reparto de ilustres nombres de la gran pantalla (Patricia Arquette, John Turturro o Christopher Walken), destaca la enorme actuación de Adam Scott en el papel de Mark y el nombre de Ben Stiller tras las cámaras. La serie, que podéis ver en Apple TV+, reflexiona sobre muchos temas: los recuerdos, los secretos, la memoria, la pérdida, la opacidad y praxis de las grandes corporaciones o la alienación a la que están sometidos a mucho y muchass trabajadoras en sus empleos y la necesidad de desconectar aunque sólo sea unas horas de ellos. En este 2023 llegará su segunda temporada, que espero con muchas ganas. Imprescindible.

En segundo lugar, os hablaré de La Ciudad es nuestra, la última gran obra del maestro de la ficción televisiva, mi admirado David Simon. Como casi siempre, el genio de Baltimore, en su alma de periodista, toma sucesos ya acontecidos en la historia reciente de su país para armar una historia realista, cruda y muy fidedigna para narrar, en 6 episodios, los hechos acontecidos en Baltimore, tras los disturbios que generó el asesinato de Freddie Gray por parte de la policía y las consecuencias que ello tuvo en la acción política, social y policial en las calles de la ciudad del estado de Massachussets. Corrupción policial y política, racismo y discriminación hacia la comunidad negra de una ciudad como Baltimore al borde del colapso. Se juntan todos en un reparto coral aderezado con esa fotografía y ese necesario tono de denuncia social que caracteriza al duo Simon/Pelecanos en todas sus obras. Es especial la forma narrativa que va y viene al presente y al pasado de una forma no convencional. No me quedo con la actuación de nadie en especial porque todo el casting elegido es sencillamente extraordinario. La podéis ver en HBO Max. No os la perdáis.

A continuación, no podía dejar de recomendaros una que seguramente habréis visto, por tan esperada y porque de alguna manera nace de una de las series que seguramente más ha marcado la historia de las series de TV, Juego de Tronos. Estoy hablando de La casa del dragón, una serie de HBO que no es exactamente un spin-off, porque narra hechos acontecidos casi 200 años antes de la serie madre y que está basada en el libro de crónicas de la disnastía Targaryen «Fuego y sangre», de  George R.R Martin. La serie te da lo que le pides desde el principio: intrigas, espionaje, violencia (a veces demasiado explícita y excesiva) y, sobre todo, personajes muy potentes (enorme Matt Smith en el papel de Daemon Targaryen y Rhys Ifans en el de Viserys). Con todo el feed back de la serie madre y más años de experiencia y tecnología, todo en ella es deslumbrante: escenarios, fotografía, vestuario… Todo, absolutamente todo, está cuidado hasta el más mínimo detalle. A diferencia de Juego de Tronos, que es más coral en sus personajes porque presenta varias tramas de las distintas casas que forman el universo, La Casa del dragón se centra más en dos casas (Targaryen y Hightower) y las tramas palaciegas que serán el hilo conductor de la serie. El CGI (efectos digitales) es muy bueno y los dragones –coprotagonistas de la serie– están muy logrados. Una de las cosas que de las que adolece la serie es que hay varios saltos temporales –necesarios para hacer avanzar la trama– que a veces dan la sensación de que todo va muy rápido, pero está hecho y contado tan bien y las diferentes actrices hacen tan bien esa transición, que esta primera temporada funciona perfectamente como lo que es; una temporada de presentación de la lucha por el poder, leitmotiv de esta enorme serie, que promete ser digna sucesora de aquella que nos tuvo atrapados durante 8 temporadas. Por desgracia, la segunda temporada no llegará hasta 2024. Será dura la espera. 

Es justo decir que la ficción española está de dulce y es cada vez más habitual encontrar series de extraordinaria factura. Por eso, para acabar, os dejo dos producciones que me han gustado mucho por su originalidad y por su muy diferente propuesta. La primera de ellas es Apagón, miniserie de Movistar+ en 5 episodios que son independientes unos de otros pero que giran en torno a un apagón indefinido que se produce en buena parte del planeta y que dejará sin electricidad a miles de millones de personas. Los cinco episodios, con nombres detrás de las cámaras como Rodrigo Sorogoyen, Alberto Rodríguez, Isa Campo o Isaki Lacuesta, narran historias diferentes sobre cómo afecta el evento en lugares y ambientes o personajes dispares. Al estilo de la serie francesa El Colapso, explora las diferentes reacciones que tendríamos los seres humanos si nos viéramos en medio de una situación de esas características y cómo nos las apañaríamos dependiendo de con quién o dónde nos pillara el apagón. El pánico o la esperanza, la violencia o la empatía, el sálvese quien pueda o la ayuda mutua, el aislamiento o la cooperación, son todos dilemas que se presentan en las diferentes historias que conforman esta ficción. Muy recomendable. 

Por último, os recomiendo Las de la última fila, una serie de Netflix creada y dirigida por uno de mis directores españoles favoritos, Daniel Sánchez Arévalo (Azuloscurocasinegro, Primos, Diecisiete…). Una miniserie en 6 capítulos que narra las andanzas de 6 amigas, antiguas compañeras de colegio, que deciden hacer un viaje juntas a un pueblo de la costa andaluza después de que a una de ellas le hayan diagnosticado un cáncer. Durante el viaje se prometen no hablar del tema y se proponen vivir experiencias hasta ese momento no vividas, prohibidas o reprimidas por el paso del tiempo. La serie se adentra hasta el fondo en las vidas de cada una de ellas, explorando sus miedos, sus anhelos, sus sueños truncados, su sexualidad y sus cuentas pendientes con terceras personas, a través de un juego propuesto por ellas al principio que va haciendo que el viaje se convierta en un catalizador de todos los vínculos que las unen. De hecho, y a pesar de que las interpretaciones de las seis actrices son muy buenas, en la serie el personaje es el grupo. La serie, con la que lloras y ríes a partes iguales, es un drama que rinde culto a la amistad y a la sororidad entre mujeres. A simple vista puede parecer una serie hecha para mujeres, pero os digo que como hombre me ha encantado. Ojalá más títulos así. Ni se os ocurra perdérosla.  Y hasta aquí por hoy. Nos vemos en el próximo episodio.

Jose Guerrero Moliner
aFICCIONado

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