Yo quiero irme contigo

Permitidme que en esta ocasión hable de un ilustre Personaje buñolense muy poco conocido, un auténtico erudito de una inteligencia fuera de lo común y que tuve el honor de descubrir en el libro de La Villa de Buñol en el Tiempo cuyo autor, mi hermano Juan Simón, lo presenta en el apartado de «Personajes». Desde aquel momento ambos quedamos prendados de su extensa obra literaria, así como de sus versos plenos de una sensibilidad profunda y manifiesto dolor, especialmente los dedicados a su hija primogénita fallecida con 4 años,

Estuvo dotado de un gran talento y una capacidad de trabajo increíble. Fue colaborador habitual de los medios más prestigiosos de la época. Escribió varios libros, uno de ellos “Verdad y Mentira de la República Española” (1933), que próximamente va a ser reeditado. Tenía cuatro seudónimos que, en ocasiones, utilizaba para firmar sus artículos. Uno de estos seudónimos era Luís de Buñol.

Luis Hernández Alfonso

(Buñol 1901 – Madrid 1979)

Este polifacético e ilustre buñolero fue periodista, escritor, historiador, poeta, lingüista y propagandista político. Fue traductor y prologuista de obras de insignes autores, como Julio Verne, Dickens, Rousseau, Mauriac, Cocteau, Simenon y muchos otros. Un auténtico erudito, cuyos estudios y trayectoria literaria se desarrollaron en Madrid. Era hijo del jurista, filósofo y catedrático, Luis Hernández Rico, fundador del Centro Republicano Católico de Valencia, un noveldense que ejerció de secretario en el Ayuntamiento de Buñol entre 1901 y 1905. De ahí que Luis naciese en Buñol y viviese en él los primero cinco años de su vida.

Luis Hernández Alfonso fue fundador y director del órgano de la Juventud Republicana “El Presidencialista”. Recibió el Premio Cervantes de 1930, y fue Director del diario Sur en Baza (Granada). Precisamente en esta ciudad le sorprende el fin de la guerra y como opta por no exilarse, es

encarcelado y condenado a muerte. Posteriormente le sería conmutada la pena por cinco años de prisión.

Estaba dotado de un gran talento y una capacidad de trabajo increíble. Fue colaborador habitual de los más prestigiosos medios de la época. Escribió varios libros, uno de ellos “Verdad y mentira de la República Española” (1933), que próximamente va a ser reeditado. Tenía cuatro seudónimos que, en ocasiones, utilizaba para firmar sus artículos. Uno de estos seudónimos era “Luis de Buñol”.

Desde que, recientemente y por casualidad, he descubierto a este buñolero ilustre, estoy convencido de que merece como el que más, una calle o algún evento o centro cultural que lleve su nombre. Me atrevería a asegurar que si no se ha hecho ya, ha sido por desconocimiento de la existencia del personaje. Es cierto que solo vivió en Buñol sus cinco primeros años, pero no es menos cierto que rendía culto a su patria chica cada vez que firmaba sus artículos con el seudónimo “Luis de Buñol”.

Hoy sus restos reposan en el Cementerio Municipal de Almagro (Ciudad Real) localidad natal de su madre política, donde fueron trasladados en 1979.

Algunas de sus frases:

“No hay en la vida nada verdaderamente insignificante”. – 121 –

 “Por el camino de la claudicación sólo puede llegarse al abismo de la esclavitud”.

“Ser superior no consiste en ser más fuerte, sino mejor”.

“Cuando estés muy triste, canta. / Es un río la canción / que lleva al mar del olvido / las penas del corazón”.

“En España se juega demasiado a los despropósitos y se abusa de la desproporción”.

“El derecho natural no existe como doctrina inmutable; es simplemente, en cada momento, el conjunto de normas que las circunstancias imponen a la conciencia de la Humanidad”.

“Los hombres pasan; las ideas quedan”.

“Atacar a los hombres es infinitamente más fácil que enfrentarse con las ideas que defienden: los hombres somos imperfectos. ¿Quién no tiene un punto vulnerable en el que puedan hacer blanco los ataques de sus enemigos?”

Poesía inédita de Luis Hernández Alfonso, dedicada a su hija primogénita, Lolita Hernández Rodríguez, nacida en Madrid el 9 de agosto de 1929 y fallecida en esta misma ciudad el 13 de marzo de 1933. Su manuscrito autógrafo, contenido en dos caras de sendas cuartillas, se conserva en el archivo del autor.

YO QUIERO IRME CONTIGO

A mi nenita muerta

Cuando la noche llega el dolor me domina.
Ya no tengo el consuelo de su voz cantarina.
Ya no tengo los besos de su boca risueña.
Ya no tengo sus risas. ¡Me dejó mi pequeña!
Me dejó. La recuerdo con angustia infinita
y mi memoria sangra y mi fé se marchita.
¡Hija, yo quiero irme contigo! ¡Quiero verte
y otra vez en mis brazos, jubiloso, tenerte!
¡Hija mía! Tesoro de mi vida azarosa…
Te arrebató la muerte, villana y tenebrosa
al claror impreciso de trágica alborada;
te arrebató despacio, cautelosa, taimada…
¡Hija..! Acude a mis ojos en raudales el llanto.
Me horroriza la noche; siento infinito espanto.
Arde mi rostro… sufro… me palpitan las sienes
y te llamo, te llamo… Pero tú ya no vienes.
Tú yaces en el sitio donde todo reposa
en el frío y oscuro recinto de tu fosa.
Tú, la que eras muñeca de divinos colores
a la tierra volviste bajo un montón de flores
y al cubrirse tu fosa, con la tierra que echaban
al enterrar tus restos mi alegría enterraban…
¡Nenita, mi nenita! Yo quiero irme contigo.
Vivir sin esperanza es el mayor castigo.
Nada en el mundo tengo que me aliente a vivir.
Yo quiero irme contigo, muñequita… morir.

Luis Hernández Alfonso

Fina Simón.
Pintora y Poetisa.

 

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