Federica Montseny

Este mes de marzo he elegido la figura de  Federica Montseny por varias razones: En primer lugar, Federica Montseny fue la primera ministra de España. Durante la Segunda República, concretamente entre los meses de noviembre de 1936 y mayo de 1937, se hizo cargo del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en el gobierno del socialista Francisco Largo Caballero. A pesar de ser anarquista, las excepcionales circunstancias del país hicieron que aceptara el cargo.

En segundo lugar, por las políticas que impulsó encaminadas a mejorar la salud pública del país y, en concreto, la salud de las mujeres y niños, impulsando una proposición de ley del aborto pionera en el mundo. Según sus propias palabaras, lo que la impulsó a promulgar esta ley fue: «evitar la hecatombe de mujeres que eran víctimas de maniobras abortivas que las mutilaban para siempre y que, en muchas ocasiones, les costaban la vida». Por lo que parece, la oposición de  sus compañeros varones del gobierno y la Guerra Civil hizo inviable que la ley viese la luz. Federica, además, quiso acabar con la prostitución y creó los denominados «liberatorios sexuales de prostitución», casas de acogida donde podían vivir las mujeres que querían apartarse de la prostitución y donde recibían instrucción y tratamiento médico, recuperaban la autoestima y eran preparadas para incorporarse a la esfera laboral. Su hija recuerda que su madre también modernizó el sistema de salud introduciendo el combate contra las infecciones y epidemias, un calendario de vacunaciones, el control de los productos farmacéuticos, nuevos protocolos de higiene o la implantación nacional de la técnica del yeso en la rotura de huesos, para evitar la cangrena. 

En la práctica, las políticas que diseñó no tuvieron mucho calado porque la Guerra Civil y el posterior triunfo del bando franquista lo impidieron, pero simbólica e ideológicamente sus propuestas tienen una gran trascendencia y son ejemplo del salto cualitativo que la Segunda República supuso respecto a la mujer, la asistencia social y la modernización de la sanidad y la salud pública. 

En tercer lugar por el exilio que padecíó en Toulouse, la ciudad donde finalmente murió. Federica fue encarcelada en la prisión de Limoges en 1941. Franco exigió su extradición junto con la de Largo Caballero, pero las autoridades francesas no concedieron ninguna de las dos órdenes. La exministra continuó en la cárcel hasta 1945, cuando los aliados liberaron Francia. Pero los exiliados españoles no podían volver a su país y muchos de ellos se instalaron en Toulouse. La ciudad llegó a acoger a más de 100.000 españoles. Después de la muerte de Franco vuelve en varias ocasiones a España pero no llega a establecerse definitivamente. La indomable, la «mujer que habla» pagó un precio muy alto por su trayectoria y morirá en Toulouse. 

Es justo reivindicar a una mujer culta, valiente y pionera, hacer visible su vida y su época. La Segunda República iniciaba una época que buscaba mayores cotas de libertad y de igualdad y Federica Montseny fue una de sus grandes protagonistas. No estuvo sola, la acompañaron otras mujeres, como Amparo Poch y Gascón, una médica, anarquista, licenciada con 28 matrículas de honor a pesar de la oposicón de su padre, también exiliada en Toulouse y que dedicó su vida a mejorar la salud de las obreras y sus hijos. En un contexto que empezaba a cuestionar la idea de mujer como madre y esposa. La historiadora Mary Nash, en su libro «Rojas», cuenta que durante la Segunda República las mujeres antifascistas defendían una «maternidad consciente». La maternidad consciente se convirtió en uno de los lemas de la nueva política sanitaria pública; la mujer tenía ahora una opción de la maternidad cuando las condiciones sanitarias y económicas fueran las óptimas. Se apoyaba el control de natalidad como mecanismo para eliminar «la exclavitud de la maternidad continua que arruinaba la salud de muchas madres de clase obrera».

Poco a poco la historia ha recuperado a Federica; hay varios centros de salud que llevan su nombre y también un instituto de educación secundaria en Burjassot. Algo es algo. Sin embargo, creo que la figura de Federica Montseny no se ha reivincado lo suficiente. Os recomiendo que os acerquéis a su escritos, sus biografías y sus entrevistas para conocer de primera mano su figura y su legado.

Paqui Cervera Cusí
Lda. Hª Contemporánea

Instituto de Estudios
Comarcales de La Hoya de Buñol-Chiva

Share This Post

Post Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.