Hay (buena) ficción más allá de EE.UU. Parte I.

Hola de nuevo seriéfil@s. Para el número de hoy voy a recomendaros 3 títulos que para variar no son producciones estadounidenses. Y es que la inacabable producción del país norteamericano nos hace buscar frecuentemente en el ramillete de superproducciones yankees que meten mucha pasta en promoción, lo que provoca que en numerosas ocasiones dejemos escapar verdaderas series dignas de ser visitadas, producidas y creadas en otras latitudes. 

Este es el primer número donde os recomiendo algunas de ellas. Llegarán más en otras ocasiones en las que nos leamos en este espacio. Vamos allá.  En primer lugar me gustaría hablaros de la que sin duda ya se ha convertido en una serie de culto: Bron (El puente). Esta producción sueco-danesa toma el nombre del puente de Oresund que une Malmö (Suecia) y Copenhage (Dinamarca). 

Un día se halla el cuerpo de una política sueca colocado justo en la frontera que separa ambos países por el puente y a partir de entonces se produce una colaboración necesaria entre las policías de ambos lados. Por el lado sueco, la eficiente detective y excéntrica Saga Norén –personaje magistralmente interpretado por la actriz Sofia Helin– y del lado danés Martin Rodhe, otro personaje excepcionalmente concebido para el devenir de la trama. 

Las 3 temporadas acabadas –ahora está en marcha una cuarta– tratan casos diferentes, y más allá del atractivo de cada una de las trepidantes tramas en las que se tocan transversalmente problemas de rabiosa actualidad, me quedo con la brillante construcción de los dos personajes protagonistas y la relación que poco a poco va evolucionando entre ellos.  

Esta serie tiene tanta calidad que ya ha sido readaptada dos veces: en México/EEUU (The bridge) y en Francia/Reino Unido (The Tunnel). Merece mucho la pena que la visiteis. 

Para hablaros de mi segunda recomendación tenemos que volver a cruzar el charco, pero esta vez a la América del Sur. 

De allí nos llega 3%, una ambiciosa producción brasileña que nos propone una distopía encuadrada en un futuro donde las desigualdades sociales –que ya observamos en la actualidad– se han acentuado hasta un punto en que la gran mayoría de la población vive en la más absoluta miseria, mientras existe un pequeño grupo de elegid@s que viven con todas las comodidades y lujos en una isla apartada de la devastación. 

Estos elegidos/as  han  accedido a la isla después de pasar por una selección que en la serie se llama “El proceso”, a través del cual solo el 3% de los candidatos con 20 años cumplidos podrán viajar a la isla y pasar al club selecto de los privilegiados. 

La serie resulta una metáfora bastante interesante sobre la dinámica capitalista y al desastre al que nos está abocando. También suscita una crítica a los continuos procesos de selección a los que los seres humanos somos sometid@s a lo largo de nuestra vida. De momento cuenta con 2 temporadas. Buscadla en Netflix. 

Para acabar, quiero recomendaros una serie que realmente me cautivó. Esta vez no hay que irse tan lejos para encontrarla. Se trata de Merlí, una producción catalana que nos cuenta el día a día de un profe de filosofía que llega como sustituto a un Instituto de educación secundaria y que revolucionará las vidas de los alumnos de una clase de bachillerato en la que está su propio hijo. 

El personaje de Merlí, que da nombre a la serie, es de lo  mejorcito que he visto en una serie de estas características; polémico, irreverente, indisciplinado… pero, sin duda, uno de esos grandes profes que dejan huella y que hubiéramos querido tener cuando estudiábamos en el instituto. 

La serie es un homenaje a la filosofía como asignatura, pero especialmente como herramienta –por cierto denostada en el sistema educativo actual– para educar a los jóvenes en ese verdadero espíritu crítico que haga cuestionarse absolutamente todo. 

En la serie se combinan magistralmente situaciones cómicas con otras realmente trágicas, todas ellas envueltas en una trama que en la mayor parte de las veces gira en torno a la vida de un filósofo/a o escuela de filósofos explicado en clase por nuestro personaje principal. 

Además de un argumento bien trenzado que enganche, una buena serie tiene que contar con un buen elenco de artistas y esta sin duda lo tiene. Hay excelentes interpretaciones de varios de l@s jóvenes alumn@s de la clase, pero sin duda me quedo con la figura de Merlí, el controvertido pero genial profesor interpretado de forma brillantísima por Francesc Orella. Por supuesto, os recomiendo que si podéis la veáis en catalán, su versión original; una lengua que buena parte de nosotr@s conocemos y entendemos en estas tierras valencianas. Merlí es una serie tierna, muy intensa emocionalmente. Dirigida especialmente a adolescentes, madres, padres y a aquellos docentes con ganas de aportar su granito de arena para revolucionar la formación de nuestros hij@s e intentar contrarrestar en las aulas aquellos valores de obediencia abnegada, competitividad, resignación y frustración que, por desgracia, promueve el sistema educativo actual. No dejéis de verla. Sería un crimen. 

Nos vemos en el próximo episodio.

Jose Guerrero Moliner
aFICCIONado

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