Reinar en la diversidad

Ser reina de las fiestas ha sido, desde siempre, una proyección de lo que representa a Buñol. Muchas veces ha sido la belleza, el carisma, la tradición… pero siempre de nuestras mujeres. De hecho, en el libro de las fiestas de 1974 podemos leer que «la verdadera protagonista de la fiesta es la mujer, pues en festejos no es reinado compartido, sino un trono sin rey en el que la única soberana es la mujer. Por ello, a la mujer buñolense joven, le corresponde desempeñar el papel más importante de las fiestas, el de ser la pieza clave de las mismas». Y yo no podía hacer otra cosa que coger todo ese poder que tenemos nosotras, las mujeres, y transportarlo a una parte que también pertenece a nuestro pueblo pero nunca antes se había representado: la diversidad.

Estar a la vista de tantas personas, siendo el centro de las miradas, y con una diferencia evidente, requiere de un trabajo interior importante. Sería muy fácil esconderme o evitar que se note, pero eso no va a cambiar que no tenga una mano, voy a seguir sin tenerla. Y no, yo no iba a conformarme con lo fácil, y tampoco con lo normativo. Dentro de todo lo bonito que tienen nuestras fiestas, los cánones de belleza siempre han estado presentes y, socialmente, la discapacidad no está dentro de ellos. Afortunadamente la realidad es otra, pues no hay nada más bello que ser una misma, que quererse y aceptarse, y hacerlo también con el resto de personas. Ya no es que para mí la discapacidad también signifique belleza, es que Buñol entero ha demostrado, con cada aplauso que me ha regalado, que así es.

Y es precisamente eso lo que me hace creer que una parte de los propósitos que tengo en la vida se ha cumplido este año. Sensibilizar a una sociedad que está educada con unos parámetros que constantemente comparan y validan o no a las personas, que buscan la perfección, que no permiten el error, que señalan y que juzgan, y un largo etcétera es, sin lugar a dudas, algo que hoy en día todavía parece imposible de conseguir, pero en nuestro trocito de mundo que es nuestro pueblo percibo la calidez, la aceptación y la sensibilidad que toda sociedad debe tener. Sé que en todo este tiempo muchas personas han abierto los ojos al escucharme hablar, han pensado en situaciones que no contemplaban o han reparado en lo que de verdad importa después de ver la realidad que vivimos las personas con discapacidad. Por eso, representar a Buñol en sus fiestas, representar a todos y todas los vecinos y vecinas de Buñol, representar mi condición y al resto de personas como yo, tiene todo el sentido del mundo.

¿Cómo no iba a ser vuestra reina? Llevo ya un tiempo en el que no paran de ocurrirme cosas que no necesariamente me había planteado antes, estoy consiguiendo metas para las que me ha faltado mucha confianza en mí misma hasta creer que me las merecía y que eran para mí, y haberme puesto mi corona ha sido una de ellas. Cuando Rafa me hizo la propuesta no podía creerlo, yo quería hablar con él para hacer cosas de Ni más ni mano y de repente me estaba viendo envuelta en un asunto que parecía muy distinto, pero no lo era tanto. Al fin y al cabo el objetivo era el mismo: romper barreras y visibilizar la diversidad. Haber sido la elegida para este cargo y que por un momento la discapacidad haya sido la protagonista de nuestras fiestas, es algo que me hace estar tremendamente orgullosa. Esta es una de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida y estaré siempre agradecida.

Por último y lo más importante, aunque a la vista está el impacto que ha tenido para mí, puede que cueste creerlo, pero hay algo que me motiva más a seguir luchando, y son todas las generaciones de niñas que vienen detrás de mí, que no tenían un referente, que no sabían que pueden conseguir lo que quieran y que no han visto que otras personas como ellas estén a la vista del mundo. Esto es lo que más me impulsa a dejarme la piel por cambiar la realidad en la que vivimos, y lo seguiré haciendo hasta que ocurra. De momento, mi granito de arena ha sido este, ha sido ponerme mis preciosos vestidos y salir a la calle con una sonrisa y con la emoción en mis ojos de ver que estaba haciendo algo verdaderamente grande para mí y para muchísimas personas.

Ese es el verdadero significado de reinar en la diversidad. ¡Gracias Buñol!

Regina Martínez Álvarez
Creadora de «Ni más ni mano»

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