Un aniversario sobre el que reflexionar

La madrugada del 31 de agosto del año pasado, cuando el olor a tomate ya flotaba en el ambiente, se viene abajo la calle Moratín y por poco también sus vecinos, que tuvieron que abandonar sus casas, alojándose en casa de sus familiares o amigos o realojados por el ayuntamiento en casas de alquiler (con alguna que otra peripecia, según los propios realojados).

Nueve meses después pudieron los vecinos retornar a sus hogares. La obra, debido a las dificultades de acceso de materiales y maquinaria y la naturaleza inestable del terreno, era muy compleja y se varió el proyecto varias veces.

Sobre la valoración de la obra no podemos opinar porque nos faltan los conocimientos adecuados. Suponemos que se ha hecho lo necesario para recuperar la calle y eliminar las filtraciones de agua potable y desagües que, al parecer –no existe ningún informe técnico al respecto–, provocaron el colapso. La obra ha costado más de un millón de euros, financiados con derivación de ayudas ya conseguidas y nuevas ayudas recibidas de entidades públicas. La nueva calle Moratín es más amplia y sigue siendo un excelente mirador sobre el pueblo y el Castillo. Estos son los datos objetivos sobre el hundimiento, ahora pasamos a la reflexión.

A pesar de las quejas y registros de entrada de los vecinos sobre la peligrosidad de los indicios que observaron en su día a día a lo largo de los dos años anteriores –grietas, hundimiento del nivel de la calle, roturas constantes de la red de agua potable…–, ¿por qué no existen informes de los técnicos municipales ni actuaciones que controlaran la evolución de las grietas? Que seguramente no hubieran evitado el derrumbe, pero si habrían evitado el susto mayúsculo de los vecinos.

¿No existen responsables técnicos y políticos de este desastre? Tras una comisión de investigación, que no permitió el acceso ni de los vecinos afectados, al parecer no. ¿Qué produjo el hundimiento? Pues desde el consistorio se lanzaron varias propuestas: que si fue consecuencia de la tormentica de la tarde del 30 de agosto, que si fueron las inusuales lluvias del mes de marzo de ese año, que si era consecuencia de las filtraciones del agua de riego del Huerto del Castillo (calle Luis Vives)… No sé si me dejo alguna, cada cual más absurda.

Yo no soy un geólogo experto, ni tengo idea de obras públicas, ni de canalizaciones subterráneas, lo que si tengo algo de idea es de arqueología, y he participado en casi todas las intervenciones arqueológicas en el Castillo y el barrio antiguo, y durante esas intervenciones lo que sí he documentado es el mal estado de las canalizaciones, tanto de agua potable, como de aguas residuales, con múltiples fugas debido a la antigüedad de las redes que en gran parte del barrio antiguo van por acequias –los desagües– y las de agua potable por canalizaciones, de fibrocemento las generales, y de plomo las particulares –están totalmente prohibidas por su toxicidad–.

Estas fugas lo que producen es un lavado de los rellenos que soportan las vías públicas, creando verdaderas cuevas bajo el hormigón, como yo he visto en la calle Lope de Vega, Portal, Candilejo… ¿Quizá eso mucho más próximo provocó el hundimiento de la calle Moratín? Pues nunca lo sabremos porque no se hizo ningún informe técnico que lo hubiera podido comprobar. 

¿Podría repetirse el desastre? Pues seguramente sí, mientras no se renueven las redes de alcantarillado y agua potable del barrio antiguo que elimine las fugas y subsane los huecos que hay bajo sus calles y sus casas.

Está claro que eso ni es barato, ni es rápido, pero mientras no se haga el barrio será un gigante con pies de barro. 

Esperemos que el nuevo consistorio cambie la línea de abandono del Barrio Antiguo y su Castillo en la política municipal durante décadas, pues desgraciadamente este sólo es un problema más del núcleo histórico de la población, quizá uno de los más importantes, pero sólo uno entre muchos: falta de limpieza, inseguridad, envejecimiento de la población, casas en ruinas, inexistencia de comercio…

Los nuevos gobernantes tienen ahora una oportunidad para cambiar esta línea de abandono. Por lo que nos han contado los mismos dirigentes políticos –los de antes y los de ahora– está a punto la aprobación del Plan Director del Castillo, del cual no tenemos ni idea porque no ha habido periodo de exposición pública del proyecto. Por lo que nos comentaron era muy técnico y complejo para que los simples mortales pudiéramos entenderlo y opinar. Está en periodo de redacción la reforma de las normas subsidiarias de 1986 que, a falta de PGOU, serán las que definan el urbanismo en Buñol en años venideros, el plan especial de protección del entorno del Castillo y el catálogo de bienes y espacios protegidos.

Con estos mimbres se puede crear un cuerpo normativo adecuado para la protección y desarrollo futuro, no sólo del Castillo y su barrio, sino del conjunto del pueblo, evitando en el futuro que se produzcan atropellos tan sangrantes al patrimonio histórico de los buñoleros como el derribo de la Torre María, Venta Blanca o el abandono del lavadero de la Fuente de la Higuera. 

Eso sí, a ser posible evitando la acción de la manida frase «Todo por el pueblo pero sin el pueblo». A pesar de nuestra supuesta cortedad de luces y preparación, todos estos proyectos deberían abrirse a la consulta pública y a la posibilidad de participar en su redacción como afectados directos de sus consecuencias.

Por ello, desde AVACH proponemos, como hubo hace varias legislaturas, crear una comisión para la protección del Castillo y su barrio, en la que estén todos los partidos políticos, asociaciones y personas interesadas, permitiendo así la transparencia, la participación y el aporte de propuestas de todos los agentes sociales y políticos interesados en la conservación del Castillo y su barrio.

Esperemos que la nueva corporación aproveche la oportunidad y no decepcionen esas expectativas de cambio que ellos mismos han creado en la campaña electoral.

Recuerden nuestros señores y señoras gobernantes la frase «Hasta el más tonto te puede enseñar algo».

Pepe Medard Ruiz
Buñoleroadicto

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