En el libro “La torre olvidada” (telégrafo óptico de España, torre número 26, sección 5.ª, de la Línea Madrid-Valencia, Torre del Alto del Portillo de Buñol) escrito por el coordinador de nuestra revista asíesbuñol, Mateo Pérez, se hace referencia a una noticia que se publicó en septiembre hace 145 años en los diarios “El Imparical” y “La Iberia”, de la que nos hacemos eco en estas páginas.
En el periódico, El Imparcial, el 13 de septiembre de 1875, en la sección de Noticias, se hace mención de un hecho del que fueron partícipes los soldados destacados en esta torre. Se puede leer:
“El día 9, dos hombres armados robaron cerca de Chiva al alcalde de esta población que iba con su hijo y un criado la cantidad de 4.000 rs. Habiéndose dado aviso al jefe de las fuerzas que defienden la torre telegráfica del Portillo destacó algunos soldados que alcanzaron a los malhechores, hiriendo a uno y aprehendiendo al otro.”
También se hizo eco de esta noticia el periódico La Iberia, el 15 de septiembre de 1875, número 5800:
“Valencia.- El jueves último por la mañana salió del pueblo de Chiva el carro del alcalde de dicha población con un hijo y el criado de la mencionada autoridad, los cuales iban custodiando la suma de 4.000 reales.
Al llegar al punto denominado las Cabrillas, les salieron al encuentro dos hombres armados con una escopeta, los cuales les exigieron la entrega del metálico que conducían.
Una vez que la tuvieron en su poder, pusieron pies en polvorosa; pero el criado del alcalde de Chiva tuvo el buen acierto de dar cuenta de lo que sucedía al jefe de las fuerzas que guarnecen la torre telegráfica del Portillo.
Inspeccionose desde la torre con un anteojo, y pudo verse la dirección que tomaban los ladrones, por cuyo motivo se hicieron señales a las otras torres telegráficas, y se destacaron algunos soldados en persecución de los malhechores. Al ver éstos que iban fuerzas en su alcance, hicieron fuego contra ellas, pero sin causarles ningún daño. Los soldados contestaron con una descarga, y de sus resultas uno de los ladrones cayó herido de gravedad y el otro se entregó preso. Al registrarlos, sólo se les encontró encima nueve duros, pero ante las amenazas de los soldados, confesaron que los 4.000 reales habían sido enterrados debajo de una cepa, de donde fueron sacados.”
