Pues sí, ya está aquí 2016 y con él, como cada año, la lluvia de deseos. Deseamos felicidad, salud, amor, trabajo, prosperidad y un sin fin de estados que resumen lo que consideramos verdaderamente importante y esencial en la vida.
Pero, ¿realmente somos conscientes de lo que estamos diciendo?, ¿nos paramos a pensar qué es la felicidad, qué es estar bien, cómo es la vida que tenemos y si nos gusta o no? ¿Nos tomamos tiempo para reflexionar dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir? ¿Somos realmente los que llevamos las riendas de nuestra vida o nos estamos dejando llevar?
Paremos un momento a reflexionar antes de seguir adelante. Aunque ya hemos despedido al 2015, todavía tenemos su sombra lo suficientemente cerca como para sentirlo, como para recordar lo vivido, para darnos cuenta de la cantidad de cosas que nos han pasado en un año, no sólo como individuos sino también como sociedad y como humanidad.
Y lo realmente cierto es que seguimos vivos, con 366 días por delante, porque este año tenemos 24 horas de regalo, y en nuestra mano está escoger cómo utilizarlos, con la incertidumbre del futuro que no podemos conocer todavía pero que podemos intuir si observamos donde nos encontramos y donde estábamos hace un año.
Sea lo que sea que nos pasó en 2015, y fuera como fuera la manera en que vivimos eso que nos pasó, ya está, es pasado, y lo que hicimos y cómo lo hicimos fue perfecto para encontrarnos en el punto justo en el que estamos ahora. Así que pongamos una sonrisa, quedémonos con el aprendizaje y dejemos al pasado en su lugar. Llevemos la atención al presente, que es en realidad lo único que existe, y decidamos qué queremos hacer con el año que tenemos por delante, qué clase de futuro queremos, y pongámonos manos a la obra para empezar a construirlo hoy.
Te invito a elaborar una lista de aquellas cosas que crees que tienes pendientes, aquello que arrastras vete a saber desde cuando, ¡renueva tu lista!, pregúntate si realmente sigues queriendo hacer eso que te habías dicho a ti mismo que harías y tacha de tu lista aquello que ya no te interesa. ¡Atrévete a soltar!.
Ahora puedes añadir a tu lista las cosas que verdaderamente te importan hoy, aquellos sueños que te gustaría alcanzar. Y recuerda que en los sueños todo es posible. La clave está en tomar decisiones. Si quieres puedes hacer todo lo que quieras, simplemente hazlo. Si no ahora, ¿cuándo?
Y si no quieres hacerlo deja de engañarte, deja de repetirte “tendría que…” porque en realidad no quieres, no pierdas más energía con eso y céntrate en lo que realmente deseas. Ponle una fecha y diseña una estrategia, tal y como harías para organizar un viaje: ¿a dónde quieres ir?, ¿con quién? ¿cuándo? ¿cómo? Y, sobre todo, ¿para qué? El porqué te lleva a una justificación a veces estéril, el PARA QUÉ te conecta con la motivación, con el motor que te impulsa a alcanzar tu meta.
A veces esperamos que llegue un año nuevo para dejar atrás un año difícil, como si con el año se marcharan las dificultades. Así que tus deseos se han concedido, tienes una oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva. El comienzo del año es el momento ideal para hacer balance del año anterior y programar el año que tienes por delante.
Recuerda que somos los creadores de nuestra vida, los guionistas y los actores, y salimos a escena cada día a enfrentarnos al público esperando el aplauso, y a veces ese aplauso no llega y aún así “el espectáculo debe continuar”. Así que, si hay que ensañar más, se ensaña hasta que salga bien, y si hay que cambiar alguna escena o a algún personaje, se cambia, para poder dar lo mejor de nosotros.
No hace falta esperar al 2017, ponte en marcha ahora.
Blanca Marzo Zanón.
Coach de salud.
