Annus horríbilis. Detritus por Tutatis.

2020 ha sido un año de mierda. Los grupos han tenido que parar y la actividad cultural ha decaído de una forma brutal. 

He de decir que, de los tres pueblos en los que desarrollo actividad cultural, que son Manises, Mislata, y Buñol, solamente este último ha conseguido mantener cierto listón… También es verdad que Buñol tiene dos bandas, y un concejal de cultura que no se ha quedado congelado, y no muestra animadversión al emprendimiento cultural…

Aunque esperaba más esta Santa Cecilia por parte de los que han preferido pagar una misa que arrimar el hombro con la Cultura con mayúsculas, sería injusto decir que no se ha hecho nada desde que empezó la pandemia, ya que sí que se han hecho cosas, y no pocas, por parte de tod@s.

Las dos Sociedades Musicales, cada una con sus propuestas, consiguieron que la primavera fuera algo trompetera, y no el cementerio cultural y silencioso que los Hombres Grises (y mujeres…) proponían. Exaltad@s escribían en los mentideros de internet que la Cultura no era segura, y que era irresponsable hacer actuaciones musicales, y ha quedado demostrado que se equivocaban, y que si hubiera sido por ell@s, ahora la vida de tod@s sería peor, y más triste.

También se han rodado unos cuantos audiovisuales: Los videos del grupo Los Hijos de Nacho Vidal (Muérdeme, Élites y Malas Artes), el videoclip de «Ring Ring», de Poncho-K, ambientado en Gila y con todo el reparto de aquí, de casa. Se presentó también el magnífico e hilarante videoclip de Punk Sailor (Gastroterrorismo), y cómo no, muchos artistas de Buñol se volcaron en el Festival Streaming del Club de Rock Buñol.

Hace poco, el compositor Manolo Carrascosa, de creatividad desbordante, y calidad fuera de discusión, presentó en El Oscurico su último trabajo «Canadian Portraits», para 2 cellos, flauta y piano, con gran éxito de crítica y público.

Valgan estas menciones como punto de partida para aquellas personas que quieran reflexionar sobre si Buñol se lo ha currado a nivel musical, y no solo a nivel de bandas. Han quedado cosas en el tintero, pero, si comparamos con otros lugares (aunque las comparaciones son odiosas, a veces son necesarias), Buñol se lo ha currado, y le pese a quien le pese, el trabajo artístico y social, y la seguridad ante estos tiempos de enfermedad, no están reñidas.

Salut y rock and Roll para tod@s, y esperemos que 2021 traiga esperanza ante este páramo en el que, de momento, hemos encontrado algún oasis.

Enrique Hernández Pérez
Músico desolado

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