Chimo Masmano, el tío «Masmano» –que es como le conocíamos todos ya que, curiosamente, no tenía mote– era un buñolero comprometido y honesto con todo aquello en lo que creía. Por otra parte la política formaba parte de su ADN, ya que su padre, Chimo Masmano Pardo, fue miembro activista del PCE y su madre, Josefa Ibáñez Lambíes, fue candidata por el PCE a las Cortes Españolas en las elecciones de 1933.
Pero Chimo albergaba también otras inquietudes y, en ese sentido, el deporte llenó un período de su juventud. Militó en las filas del CD Buñol, primero como jugador y, en una segunda etapa, como entrenador. Siendo chavales le vimos jugar en alguna ocasión, en el viejo Pilatos, y lo recordamos como un buen jugador de equipo, cuyo estilo de juego se basaba en corazón y cerebro al cincuenta por ciento. Era el estilo que, corriendo el tiempo, aplicaría en política. Era su estilo. El deporte solo sería un paréntesis en la vida de Chimo. Tenía una panadería y esta era su profesión, pero por antecedentes familiares y vocación, tenía el chip de político y este era su espacio natural.
Cuando, tras la dictadura, Chimo saltó a la arena política, lo hizo como cabeza de lista para las elecciones municipales de 1979. Previamente había sido elegido, por unanimidad, por los miembros del PCE local, en base a su popularidad y prestigio personal. Y no se equivocaron. El PCE fue la candidatura más votada y Chimo, en 1979, se convirtió en el primer alcalde de Buñol, de la recién estrenada democracia.
Lamentablemente, no pudo completar su legislatura, al timón de la nave de su pueblo querido. Tuvo que renunciar por enfermedad, siendo sustituido por su hijo, Chimo Masmano Palmer, concejal de Cultura y Deporte, y responsable político de la Agrupación de Buñol. Completó el mandato de su padre y fue reelegido en las dos siguientes legislaturas. Corriendo el tiempo, repetiría en otras dos legislaturas alternas. Sí, la genética marca casi siempre sus pautas.
Chimo Masmano Ibáñez, nuestro personaje, fue un alcalde muy querido y respetado por la ciudadanía, incluso por la inmensa mayoría de sus adversarios políticos.Tras su fallecimiento en 1988, el ayuntamiento le dedicó una calle en Buñol.
Fuente de imágenes:
– «El concierto Mano a Mano de Buñol», libro editado por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Buñol (2013). Autores: Pegua Ruiz Corachán y José Solá Palmer.
Del libro «La Villa de Buñol en el tiempo» (2ª edición – 2022, con permiso de su autor).
Juan Simón Lahuerta
Buñolerómano
