Se acerca el 14 de febrero, Día de los Enamorados y, como dice la canción, «Love is in the air». Todos los escaparates se llenan de corazones y flores. Anuncios, películas, las canciones en las radios… todo el mundo habla de amor. Y es por ello que vemos necesario desmontar algunos mitos del amor romántico, ya que, en el amor, como en cualquier relación de la vida, no todo vale.
Podríamos definir el mito del amor romántico como el conjunto de creencias compartidas sobre cómo debe ser el amor verdadero, ese amor sin el que nuestras vidas carecen de sentido. Estas creencias son transmitidas desde nuestra infancia a través de películas, canciones, novelas, videojuegos… llegando incluso a normalizar situaciones de dependencia o tolerar situaciones de violencia con la idea de que el amor todo lo puede y todo lo soporta, o asumiendo la nociva idea de que amar es sufrir. Algunos de los mitos más extendidos que envuelven la idea del amor romántico y que debemos deconstruir en nuestras relaciones sentimentales para no caer en la toxicidad son:
– Mito de la media naranja al creer que hay alguien destinado para cada persona. Este mito nos hace creer que sólo seremos felices si encontramos a esa persona con la que nos une ese hilo rojo imaginario. Nos pasamos media vida buscando a nuestro príncipe azul para fundar nuestra propia familia y conseguir tener esa vida plena, pero la realidad es que no necesitamos a otra persona para ser felices ni para que nos complete. No somos la mitad de nadie.
– Mito de la Omnipotencia al pensar que el amor todo lo puede y que se debe soportar todo por amor. Este mito nos hace creer que, pese a los problemas y las adversidades, todo irá bien. De repente y por arte de magia un día desaparecerán los problemas, ya que el amor todo lo podrá. Es peligroso asumir esta idea, ya que no merecemos sufrir por amor. Hay que olvidar aquella frase de quien bien te quiere te hará llorar. No es cierto. Quien bien te quiere te respeta, te apoya, te trata con cariño…
– Mito de los celos al entender los celos como una prueba de amor, como un indicador de cuanto se quiere. Este mito está estrechamente ligado con la posesión, con la idea de la pareja como propiedad del otro, y nos preocupa cada vez más la naturalidad con la que se acepta. Vemos cómo se normaliza que te controlen el móvil, que te digan cómo y cómo no puedes vestirte o con quién puedes hablar. Y con esta creencia se justifica el control, incluso la violencia, ya que en realidad lo que pasa es que hay temor a perder a la pareja. Para tener una relación sana es imprescindible confiar en tu pareja, dejarla ser ella misma. Debemos querer desde el respeto, desde la libertad. Y, si sentimos celos, entender que representan nuestros miedos e inseguridades, y que tenemos que trabajar sobre ellos para aprender a gestionarlos y que no lleven a conductas tóxicas y de poder sobre nuestras parejas.
– Mito de la exclusividad llevándonos a la creencia de que, si estamos enamoradas/os, es imposible sentir atracción por otras personas que no sean nuestras parejas. Este mito genera grandes problemas en las relaciones, ya que puede generar inseguridad, miedo, celos… llegando incluso a sentir que estás traicionando a tu pareja. Es necesario naturalizar que sea posible sentirnos atraídas por personas además de nuestra pareja, ya sea físicamente, por su personalidad, etc. ya que no podemos pretender que esto no nos pase ni les pase a nuestras parejas. Debemos verlo como algo normal y ya cada pareja decidirá si aceptan o no llevar a un paso más estas situaciones.
Existen más mitos que forman la idea del amor romántico. Es importante conocerlos y revisar todas estas creencias para poder derribarlas y construir relaciones afectivas sanas.
Como dice Coral Herrera en su libro Mujeres que ya no sufren por amor: «Hay muchos mitos que derribar, muchos mandatos que desobedecer, muchas creencias que desmontar y hay que hacer mucha autocrítica para desalojar al patriarcado de nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros coños».
MDM Buñol
Movimiento Democrático de Mujeres
