Guardianes de la memoria

Para celebrar el número 100 de esta pequeña pero digna publicación mensual, podría empezar agradeciendo y felicitando a las personas que un día, hace ya más de 8 años, empezaron este bonito e interesante proyecto con ilusión y que han logrado consolidar como un espacio físico –cuánta falta nos hacen las publicaciones en papel– al que acudir para conocer la historia, la cultura y la actualidad de nuestro pueblo.  Podría seguir diciendo lo orgulloso que estoy de colaborar en esta pequeña revista y lo necesaria y valiosa que es y que será  –y más ahora, en la travesía por el desierto que nos va a tocar vivir en tierras valencianas– para seguir recogiendo relatos, artículos, recomendaciones y, no nos olvidemos, para la promoción del comercio local que tanta falta hace. 

Pero hoy no he venido a hablar por mi. A través de mí hablará hoy una persona que ya no está con nosotros, pero que desde los inicios de asíesBuñol magazine participó como un colaborador más, nutriendo las páginas de esta revista con la historia de Buñol a través de una impresionante labor historiográfica y de investigación que recogió en su blog bunyul.com. Se trata de mi querido amigo Claudio García. 

Claudio se nos fue hace ya más de 4 años, pero hoy quiere decirle a todos los lectores y lectoras de esta revista que fue un enorme placer para él ceder a esta revista todas y cada una de las investigaciones que había recopilado de la historia de nuestro pueblo. Hoy estaría muy orgulloso de ver que esta publicación sigue muy viva y en lo que se ha convertido. 

Continuaría diciéndole a Virginia, a Manolo, a Mateo, a Luís y a todos los colaboradores que la hacemos posible que sigamos adelante, que no lo dejemos. Que un pueblo sin su memoria y sin su cultura pierde lo más importante de su existencia. Que por eso él hizo lo que hizo. 

Claudio fue una de esas personas que amaron tanto a su pueblo, que dedicaron mucho de su tiempo a rescatar del olvido episodios que para muchos estaban enterrados a mucha profundidad: historias, sucesos y una galería de fotografías que nos han enseñado a muchos lo que no conocíamos. Él fue uno de esos «Guardianes de la Memoria» que tanta falta hacen en cada pueblo para que no olvidemos quiénes somos y de dónde venimos. En esta época actual donde predomina el autobombo, el postureo y las apariencias y en las que cualquier mindundi tiene ínfulas de grandeza,  Claudio, en silencio, se dedicó a buscar aquello que permanecía oculto a los ojos de muchos buñoleros y buñoleras. Y lo encontró. Y aquí lo compartió, convirtiéndose en uno de los muros sobre los que se construyó asíesBuñol magazine.

Por eso quiere deciros que, aunque ya no esté, esta revista debe seguir existiendo para recoger su testigo y contar la(s) historia(s) a través de otros y otras Guardianas de la Memoria. Y que siga ofreciendo el mayor de los servicios públicos: llevar a todos los rincones de Buñol nuestra historia, nuestros relatos, la cultura (los libros, el cine, la música…) y la actualidad de nuestro pueblo.

Se felicita y nos felicita por el número 100, pero dice que ya hay que ponerse a la faena para llegar al 200. En recuerdo de su memoria y de aquella que él nos regaló en su blog, tendremos que hacerlo posible entre todas. Larga vida a esta pequeña gran publicación en papel. Es de todas. Cuidémosla.

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