Mes de julio. Como cada año llega una de las fechas más señaladas para los conductores, mayormente para los del gremio del transporte, como es mi caso, nuestro Patrón San Cristóbal.
Tengo 45 años y 21 de ellos estoy conduciendo camiones. Desde mi infancia estoy muy arraigado a esta festividad ya que, desde bien pequeño, mi padre ya me llevaba al desfile y bendición de vehículos. Es un gran día para los transportistas como yo, que desde hace muchos años llevamos el desfile en nuestra piel, ya que nuestros padres ya nos hacían madrugar para llevar el camión a la Avda. de la Violeta para desfilar junto a sus compañeros y amigos del transporte, y siempre con ese pique de a ver qué camión lucía más limpio y reluciente, cuál era el más potente y ruidoso, con sus bocinas al paso por las calles de Buñol.
En ese momento que vas de acompañante con tu padre te das cuenta de que tú también quieres desfilar algún día conduciendo un camión.
Comienzas conduciendo una moto, seguidamente te lanzas al coche que te deja tu padre pero bajo su vigilancia, y luego tu coche, y de ahí, como en mi caso, no tardas más de un par de años en dar el salto y comenzar a subir esas escaleras que te llevan al gran volante de tu flamante camión, que con orgullo y trabajo has dejado impoluto para la ocasión.
Ahora sé cuál es ese sentimiento que generaciones tras generaciones siente cualquier transportista al desfilar con sus amigos y familiares ese día. Ahora soy yo el padre y tío que lleva y levanta temprano a sus hijos, sobrinos y mujer, para el desfile. Camión lavado y engalanado, preparado para el desfile.
Diré que es difícil ver pasar los años y que falte alguna de esas personas de esas generaciones pasadas que también desfilaron por San Cristóbal con sus familias. Desde donde estéis, sed nuestros guías en los duros días, siempre estaréis entre nosotros. A los que seguís entre nosotros, seguid enseñando este bonito y único oficio, que es todo vocación por la conducción y dedicación completa. Por mi parte, gracias papa por enseñarme este oficio y, por supuesto, a esa generación que en mis comienzos me enseñó tanto.
Y, terminando, nombraré a la parte, si no más importante, al menos el pilar de esta festividad: LA COMISIÓN DE FIESTAS Y SU MADRINA. Ellos son los promotores de todo, los que llevan a cabo esa tarea de que todo esté preparado, desde la lotería de navidad, la cena y música de la noche del sábado y el día grande, la comida de hermandad. Y, lo más relevante, ese desfile de vehículos por las calles de Buñol.
Gracias a esas comisiones que hacen que sea posible.
Y me despido pidiendo a todos los vecinos de Buñol que tengan cualquier tipo de vehículo que lo lleven el día del desfile a bendecirlo con nuestro Santo Patrón San Cristóbal. Y, por supuesto, a todos los transportistas de Buñol y alrededores que traigan sus camiones y hagamos ensordecedor un pueblo plagado de buenos transportistas y grandes empresas, como se hacía antaño, que llenábamos la subida de La Violeta de camiones y familiares.
Sin más, un gran abrazo de vuestro amigo conductor GINES ESTEVE VEIGA.
¡VIVA SAN CRISTÓBAL!
