Un mes más, estamos aquí para recomendaos unas buenas lecturas. En este caso, todas relacionadas con los propios libros, ya que no se puede olvidar que el mes de abril, es el mes por excelencia del libro. Así pues, comencemos.
Firmin de Sam Savage, es un relato singular, único en su especie. Se debe a que entre sus páginas encontraremos la historia de una rata, marginada y diferente a sus semejantes, que encuentra su liberación hartándose de páginas y páginas de buena literatura, y con ello aprendiendo a leer. Una novela llena de alegorías, que sobre todo nos habla de la condición humana con un punto de humor e inteligencia.
No podía faltar El nombre de la Rosa de Umberto Eco, una novela que toma y entremezcla las mejores características de la novela gótica, la detectivesca y la crónica medieval. En ella conoceremos a Guillermo de Baskerville, que junto a su novicio Adso, tendrán que esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Y para no contar más de la cuenta sobre esta magnífica novela, hablaremos sobre los guiños que hace el autor al nombrar a su personaje. Guillermo hace referencia a Guillermo de Ockham, por su conocida navaja, que sostiene que, cuando existen dos hipótesis que explican unos hechos con el mismo acierto, deberá prevalecer aquella que sea más sencilla. Y con respecto a su apellido, Baskerville, hace referencia al caso que le dio popularidad al detective Sherlock Holmes. Así pues, con este nombre, Umberto Eco deja muy presente el modus operandi de su protagonista.
Farhrenheit 451 de Ray Bradbury, un clásico de la ciencia ficción donde el estado, bajo la excusa de hacer a la población feliz, prohíbe los libros, evitando así las discrepancias ideológicas. Donde los bomberos son los responsables de localizar y quemar los libros. Donde sólo existe una forma de pensar, marcada por los medios controlados por el estado. Donde las personas que creen en el libre pensamiento deciden convertirse en libros. Una historia que todavía no se ha quedado obsoleta aunque se escribió en 1953.
El devorador de libros de Rebecca Makkai narra la historia de dos personas unidas por una pasión común: la lectura. Una bibliotecaria y un niño se hacen cómplices al leer libros “prohibidos” por una madre muy dogmática. Esta complicidad va a más cuando el niño le cuenta su plan de escape para huir de su madre. Una historia tierna y con aires de superación que te enganchará desde la primera página.
El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta de Robin Sloan. Con este título tan sugerente nos adentramos en la vida de un programador forofo de la tecnología, que tras múltiples acontecimientos, acaba trabajando en una librería. Y no una librería cualquiera, sino una que siempre está abierta y que presta sus libros a unos personajes un tanto sospechosos. Tras dar por sentado que el negocio se trata de una tapadera, el protagonista pide ayuda a sus amigos para desvelar todos los misterios que rodean al dueño y a su librería. Un homenaje al mundo del libro.
El club Dumas de Arturo Pérez Reverte nos enamorará con sus personajes, cuál de ellos más peculiar. Una novela llena de giros inesperados, diálogos ambiguos, y miles de referencias a grandes obras de la literatura. Desde luego una de las mejores obras de este autor tan reconocido.
Las aventuras de un libro vagabundo de Paul Desalmand, cuenta la historia de un ejemplar de apenas 250 gramos, con un lenguaje fresco y ágil nos sumerge en las aventuras que disfruta y padece este pequeño libro, cómo acaba en una librería, cómo es leído por una joven nudista, por un librero coleccionista, y así una gran retahíla, siempre mezclando sus vivencias con un enfoque un poco ácido del mundo. Nos despedimos hasta el próximo mes con una cita del autor.
“Sólo hay dos cosas que pueden cambiar realmente a un ser humano: un gran amor y la lectura de un gran libro”.
Biblioteca Municipal
Amante del papel
