Nuestra gastronomía también en Semana Santa

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Durante la Semana Santa vuelven a cobrar protagonismo, como es tradición, las albóndigas de bacalao, el “ajoarriero” o las torrijas, entre otros muchos platos.

Está visto que las tradiciones culinarias de Semana Santa se mantienen. Tanto el Jueves Santo como el Viernes Santo el protagonismo lo han tenido platos que, a lo largo del año, comemos menos, pero que en estas fechas vuelven a estar presentes en nuestras mesas.

Diríamos que las albóndigas de bacalao son el plato estrella. ¿Quién ha entrado en su casa y ese aroma inconfundible no le ha cautivado? El sonido del aceite saltando en la sartén, toda la cocina envuelta en papeles para que no salpique, ese ritual anterior de amasar lo que va a ser la pasta de nuestras albóndigas, hace que te reconcilies contigo mismo y que te des cuenta de que, aunque pase el tiempo, las tradiciones siguen más vivas que nunca.

Otros de los clásicos de estas fechas son las torrijas o roscas con huevo. Con ese pan duro mojado en leche y luego pasado por la sartén y con un último toque de azúcar. Son una cantidad de calorías impresionantes, pero como se suele decir, “una vez al año no hace daño”.

El “ajoarriero”, el potaje de Vigilia, la paella de marisco y otros muchos platos, están encima de nuestras mesas estos días. Esto es una buena muestra de que las tradiciones se siguen conservando, sobre todo, gracias a esas madres y esas abuelas que con tanto cariño las mantienen y las trasladan a generaciones futuras.

Semana Santa, podríamos decir que a nivel gastronómico es una de la mejores épocas del año. Aunque tiene un pero, que dura muy poco tiempo, para desgracia de nuestro paladar.

Luis Vallés Cusí.
Periodista.

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