¿Por qué ponemos nombre a las borrascas?

Estos días hemos vivido un temporal de lluvia y nieve, y todavía dos semanas después se puede apreciar la nieve de las umbrías y montañas más altas de la comarca. Y todo ello a las puertas de una nueva borrasca que dejará un nuevo temporal, si bien, esta vez, lo más destacable serán las fuertes rachas de viento de poniente que podrán registrarse en nuestra comarca. 

Pues bien, este último temporal de nieve y lluvia ha estado asociado a la borrasca «Filomena», de la que hemos oído hablar en los medios de comunicación a diario. Y para el próximo temporal de poniente habrán pasado las borrascas «Gaetan y Hortense». (Probablemente cuando salga este artículo en la revista ya serán historia).

En el pasado y durante varios siglos los nombres de huracanes eran determinados por el Santo del día en que se manifestaban. Fue a mediados del siglo XIX cuando se comenzó a asignar a los huracanes nombres bíblicos de mujeres.

En Europa, a partir de 1954, es la Universidad Libre de Berlín la que pone nombres a los anticiclones y borrascas que afectan a Europa, sin distinguir si sus efectos son graves o no. Es más, desde hace unos años, cualquier persona puede poner nombre a una borrasca o a un anticiclón a través del proyecto «Apadrina un vórtice» y pasando por «caja». Los nombres de borrascas son más baratos que los de los anticiclones, ya que estos se presuponen que duran más tiempo.

En la temporada 2015-2016 se formó el Grupo Oeste Europeo, integrado actualmente por los servicios meteorológicos de Reino Unido, Irlanda y Países Bajos.

En la temporada 2017-2018 se creó el Grupo Suroeste Europeo, formado por los servicios meteorológicos de España, Portugal, Bélgica y Francia. 

El primer servicio meteorológico de uno de los grupos que prevea emitir un aviso naranja o rojo es el que le pondrá nombre a la borrasca. El nombre seguirá el orden preestablecido en una lista e informará al resto de servicios meteorológicos. 

El 8 de diciembre del 2017 Aemet nombra la primera borrasca con el nombre de Ana, a la que siguieron Bruno, Carmen, David, Emma, Félix…

Como se puede consultar en la web de AEMET: «Una borrasca se nombrará solo cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de avisos (…) de nivel naranja o rojo orientados a impactos asociados a dicha baja en alguno de los cuatro países del Grupo Suroeste. En el caso de España, (…)  se trata de rachas máximas superiores a 90, 100 y 110 Km/h dependiendo de las zonas».

En el caso de que la borrasca que nos afecte sea extra-tropical y haya sido nombrada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Miami, se mantendrá el mismo nombre, pero añadiéndole el prefijo «Ex-».

El nombrar a las borrascas que potencialmente pueden ocasionar riesgos y daños importantes tiene como misión el concienciar a la población de su potencial peligrosidad. Es mucho más fácil para la población, en general, asociar un nombre de persona con una situación importante de riesgo que asociarlo a algún termino más científico. Incluso para los medios de comunicación resulta mucho más fácil su divulgación.

Como curiosidad, señalar que si alguna borrasca ocasiona daños muy importantes en bienes y personas, su nombre se retira de la lista y no podrá volverse a reutilizar por lo menos en una década. (caso del Huracán Katrina, 1800 muertos en 2005).

Para esta temporada 2020-2021 la lista preestablecida es: Alex, Bárbara, Clement, Dora, Ernest, Filomena, Gaetan, Hortense, Ignacio, Justine, Karim, Lola, Mathieu, Nadia, Octave, Paula, Rodrigo, Sofia, Tristan, Viviane, Walter.

Así, todos recordaremos la borrasca Filomena por sus copiosas nevadas y dejar más de la mitad de la península Ibérica bajo un manto blanco. En nuestra comarca se vio nevar por encima de los 300 msnm, si bien no cuajo hasta los 450-500 msnm. Por encima de los 550 msnm ya había importantes gruesos de nieve.

Manuel Cervera Mas
El hombre del tiempo meteobunyol.com

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