Primavera silenciosa

«Los insectos constituyen el grueso de la vida en la tierra. Más de dos tercios de los 1,5 de millones de especies conocidas son insectos. Sin insectos nuestro mundo se detendría, no podría funcionar…», dice el entomólogo Dave Guoldon en su libro «Planeta silencioso». 

Su teoría, científicamente compleja, es, por otra parte, bien simple:  si, por ejemplo, desaparecieran los cánidos o las vacas o incluso el homo sapiens, la vida en la tierra no dejaría, por lo menos hasta que el sol se extinga, de tener presencia, pero si desaparecieran los insectos, el ciclo de la vida como ahora la entendemos, vegetal y animal, colapsaría.

Los insectos son básicos en la cadena alimentaria de muchas especies, controlan plagas, ayudan a mantener la buena salud del suelo, son transformadores de la materia orgánica y, para terminarlo de arreglar, polinizan la gran mayoría de las plantas cultivadas que nos nutren.

¿Qué está ocurriendo? Dave Goulson, en este título, nos indica que prácticamente en todos lugares del mundo la masa de insectos, en número y especies,  se ha visto mermada, y en algunos lugares esta merma ha sido de más del 70%, y ello debido, sin duda, a la acción humana:  industria contusiva,  agricultura extensiva con sus innumerables productos fitosanitarios, insecticidas, abonos químicos, homogenización, etc. 

Estas extinciones, aparentemente inocuas, llevan a una perturbación total de muchas cadenas alimenticias naturales y al desequilibro funcional de los ciclos. El título Planeta silencioso lo utiliza Dave Goulson siguiendo la estela del influyente libro La Primavera Silenciosa, de Rachel Carson,  publicado en 1.962, y donde la autora, zoóloga de gran perspicacia, advirtió sobre el impacto ambiental de los pesticidas, insecticidas, herbicidas… que silenciaron la vida de organismos vivos:  insectos, mamíferos, aves… incluso seres humanos, y contaminaron tierras, aguas, cielos, y pasaron a encontrarse en el organismo de animales, vegetales y personas. 

Decía Rachel Carson: «…porque todos estos venenos sintéticos están ahora almacenados en el cuerpo de la mayoría de humanos sin discriminación de edades. Se encuentran en la leche de las madres y probablemente en los tejidos de los niños por nacer». 

Aunque fue ridiculizada y amenazada por la industria química, Rachel Carson sentó las bases del activismo ambiental y generó un cambio en la percepción de las acciones humanas al punto que su obra científica y su denuncia llevó, años después, a la prohibición del DDT en los EE.UU. y en casi todo el mundo. 

A pesar de ello, el uso masivo e intensivo de químicos sintéticos tóxicos se incrementó y, desafortunadamente, por lo que 60 años después, señala Goulson, continúa dañando en algunos casos irreparablemente la salud del planeta y de sus variadas manifestaciones de la vida,  humana incluida. 

Cómo hemos llegado a este punto es el tema fundamental de otro título magnifico de reciente edición: El libro del clima, donde la joven activista sueca Greta Thunberg invita a mas de 80 científicas y científicos especialistas en diversas disciplinas –meteorología, biología, economía, zoología, física, historia, geología, paleontología…– a que expongan, reflexionen o prevean en torno al impacto de la presencia humana sobre la tierra y como se manifiesta, sin duda alguna ya, en lo que hemos venido llamando crisis climática. En él, de manera exacta y de fácil lectura, entramos en cómo funciona el clima, cómo está cambiando el planeta, en qué estamos haciendo o no haciendo al respecto. Realmente un libro, que de eso van estas palabras, que nos ayuda a conectar con la realidad de una primavera silenciosa como la que estamos sufriendo, donde las golondrinas, las mariposas, los vencejos, las mismas sempiternas mariquitas, por poca afición que tengamos a la observación, veremos que escasean, y mientras la tardía lluvia de mayo, que ojalá alivie la disfunción climática que de facto ya sufrimos, corre por el tejado de esta Biblioteca, un último título: Riquezas sin límite, de Paul Ekins, un clásico de contenido medioambiental de principio de los 90 donde, amén de analizar el disparate consumista en el que estábamos, aporta ideas económicas, sociales y laborales que nos ayuden a sentir la extraordinaria potencialidad del planeta si mantenemos el respeto, la ética y el equilibrio necesario para vivir en un entorno tan excepcional como milagroso, tan milagroso como rico, hasta llegar a un ciclo donde la riqueza que nos aporta preservar, disfrutar y mantener la vida es en verdad ilimitada. 

Que estemos vivas y vivos ya es raro, pero que la vida pueble un planeta imperceptible en un espacio del que desconocemos su dimensión, sentido o significado, es algo tan raro que colaborar en su extinción sería difícil de entender si, visto lo visto, entenderlo tuviera lugar. 

Vale.

Biblioteca Pública Municipal
bibliotecaspublicas.es/bunol

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