Un cambio de enfoque

«El cambio es una puerta que se abre desde dentro.»
Virginia Satir

En el proceso de transformación hacia la Nueva Humanidad y los nuevos tiempos que vivimos –difíciles, sí, pero trascendentales sin duda– es necesario vivir una ecología de la mente y el corazón, porque lo que esté dentro de ti se amplificará. La Tierra está reajustándose interiormente y liberando energía (a través de los volcanes) que nos afecta a todos y hemos de estar muy conscientes de lo que se mueve en nuestro interior.

En esa ecología de la mente y el corazón entra necesariamente un cambio de enfoque, un cambio de modelos mentales, de valores desde una visión masculina a una visión femenina, para hacer de contrapunto y equilibrio a los más de dos mil años de preponderancia masculina. Hemos dicho en varias ocasiones que estamos dando los primeros pasos por la Era de la Feminidad para hombres y mujeres (que no de la Mujer como se interpreta) pues lo femenino y masculino se encuentran tanto en la mujer como en el hombre, forman parte de la psique humana. Y es desde esa perspectiva que hombres y mujeres juntos, entendiendo esto, alcanzaremos la auténtica igualdad de géneros.

Siguiendo pues los pasos del artículo del mes anterior de facilitar herramientas para el cambio, a continuación, detallo algunos ejemplos de ese cambio de enfoque que nos llevará hacia un mayor bienestar personal y planetario:

– En primer lugar, no ir en contra de nada ni de nadie. Trabajar a favor de lo que queramos conseguir. La madre Teresa de Calcuta ya ponía en práctica esta premisa. Ella decía: «No me invitéis a una manifestación en contra de la guerra. Invitadme a una manifestación por la Paz».

– Dejar de competir con el otro o los otros. Incluso si eres deportista y compites, hazlo para dar lo mejor y superarte a ti mismo no para derrotar al otro.

– Tan importante es el proceso como el resultado (y aquí sobre todo para la producción y la sostenibilidad). 

– Tener proyectos, no metas. La meta es siempre el camino. Disfrútalo. 

– Dejar de culpar a los demás por lo que te suceda. Tú eres el único responsable de tu vida. Responsabilízate y tendrás libertad. No hay libertad sin responsabilidad (elijes lo que quieres estudiar, lo que quieres hacer con tu vida, cómo cuidar tu cuerpo, etc.). Estamos en la era de la responsabilidad individual.

– Nos interesa la salud, no la enfermedad. Aprende a sanar tu cuerpo, tu mente y tus emociones de manera natural y sin agresiones. Indaga, investiga. Potencia tu sistema inmunológico.

– Llevar la atención de lo grande a lo pequeño. Con la pandemia nos hemos dado cuenta de cuánto valen los pequeños gestos, las pequeñas cosas… La ciencia hace tiempo que centró su interés en el microcosmos para expandirse por el macrocosmos.

– Liderazgo para servir no para dominar. El poder no viene de fuera, sino de tu interior.

– Lo que hagas a los demás te lo haces a ti mismo.

– Equilibrio entre lo racional y lo intuitivo. Tan importante es la materia como el espíritu.

Podría seguir, pero creo que con estas premisas ya tenemos una buena guía para ir poniendo en práctica ese necesario cambio de enfoque que potenciará y dará calidad a nuestras vidas.

Cada día hay más Luz y es gracias a ti y a tu interés por crecer y contribuir a un mundo mejor. 

¡Muchas gracias y feliz noviembre!

Emi Zanón Simón
Escritora

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