«La emoción que puede romper tu corazón es a veces la misma que lo sana».
Nicholas Sparks.
Qué cierta esta afirmación del escritor, guionista y productor estadounidense Nicolas Sparks, mundialmente conocido por sus novelas llevadas con éxito al cine: «Mensaje en una botella», «Un paseo para recordar», «Diario de Noa»…, y a quien merecidamente se le llama el «Rey de las emociones» por lo bien llevado de sus personajes, que se sienten completos e individuales, tal como deberíamos sentirnos todos.
La vida es un continuo aprendizaje y podemos aprender desde el bienestar. No tenemos que sufrir para aprender. Pero, como no nacemos con un manual de instrucciones, hemos de aprender a hacerlo desaprendiendo aquello que hemos adquirido desde el sufrimiento. Si en nuestro subconsciente se hallan las memorias de las mismas condiciones de nuestro mundo externo y vivimos pensando y actuando siempre de la misma manera, no podemos avanzar. Las emociones se estancan. Por ello es necesario desaprender y abrirnos a todo lo nuevo que llegue a nosotros, a conocer gente nueva, lugares y culturas diferentes, abrirnos a hacer aquello que queremos hacer y que vamos posponiendo con excusas diversas: no tenemos tiempo, dinero, no es el momento…
La ciencia nos dice que el entorno es el que activa los genes relacionados con la evolución, pues envía químicamente señales a los genes a través de las emociones de una experiencia. Si, como nos dice Joe Dispenza, el carismático científico que participó en la película de culto ¿Y tú qué sabes? —que tuve el privilegio de presentar en Valencia, en el Forum Nacional sobre cine de Consciencia, en 2007—, las experiencias de tu vida no cambian, tus células no reciben ninguna información nueva del mundo exterior. Mientras sigas teniendo los mismos pensamientos día tras día, tus emociones seguirán siendo las mismas. Y si esas emociones no te llevan al bienestar entonces, a la corta o a la larga, te llevarán a la enfermedad, la depresión, la ansiedad… Cada acción que llevamos a cabo desencadena una respuesta emocional, que puede ser beneficiosa o todo lo contrario.
El primer paso pues, para llegar a ese bienestar emocional, sería hacerse un pequeño auto examen y ver cómo te sientes, qué emociones, pensamientos, y qué problemas tienes, identificar qué te ha llevado al punto donde ahora te encuentras, y preguntarte si realmente quieres cambiar o prefieres quedarte como estás. Eres libre para elegir, es uno de los privilegios del ser humano. Si no puedes hacerlo solo, pide ayuda a los expertos. No temas al cambio. El cambio es evolución y la evolución te llevará siempre a una mayor consciencia de ti mismo y a entender que el poder está dentro de ti, no fuera.
Tú puedes crear, desde tu paz interior, una vida mejor. Todo se reduce a campos de energía. Nuestros pensamientos y emociones son energía creando y alterando nuestra realidad. Aprender a controlarlos y manejarlos nos llevará, sin duda, a sentirnos completos y a vivir en plenitud.
¡Avanza hacia tu nuevo YO! Es el momento. Aquí y ahora. Tu Ser y el Universo entero te lo agradecerán.
¡Feliz mes de junio y entrada del verano!
Emi Zanón Simón
Escritora
