El tiempo pasa volando. Muchos pensarán que fue ayer cuando estaban tallando dibujos en los “farolicos” que hacían con sus padres, cuando ahora son ellos los que los hacen con sus hijos (o incluso nietos). Costumbres de otras épocas que tratamos de mantener vivas.
Son, esas épocas, de aspecto recientes pero sentidas como propias de una vida pasada, las que se miran con más nostalgia y añoranza. Nuestra generación tiene la suerte de contar con toda clase de medios para documentar cada paso que damos en la vida. En muchas ocasiones, nuestros padres y abuelos dependían exclusivamente de la tradición, principalmente oral, para mantener esos recuerdos vivos entre los suyos. Por eso, cuando por mediación de un familiar o un viejo amigo, esos recuerdos, en ocasiones enterrados, vuelven a nosotros, siempre se reciben (o suelen recibirse) con los brazos abiertos.
En Buñol, esta labor de “resurrección” ha sido, a lo largo de los años, realizada por muchas personas; una de ellas, la que más tengo presente (y supongo que muchos de vosotros también), no es nada más ni nada menos que mi abuelo. Miguel Galán Sánchez. Él siempre sintió un gran apego a, como a él le gustaba llamarla, su “patria chica”. Colaboró desde los inicios de “La Voz de Buñol” y “Voces de Buñol”, con su recurrente y conocida sección “Cuando éramos chiquillos”. Estos artículos contienen decenas (¿cientos?) de recuerdos, algunos ya olvidados, sobre vivencias, juegos y tradiciones que acompañan a muchos de aquellos que, por desgracia, ya no están entre nosotros.
Recientemente me puse a la tarea de recopilar estos artículos. Estuve comprobando las fechas y, el prólogo de la sección, se publicó hace ahora ya 60 años. ¡60 años!. El 3 de julio de 1960, para ser exactos. Sí que pasa el tiempo volando. Ahora forma parte de nuestra historia.
Por ese motivo he decidido recuperarlo de vuestras memorias. Con suerte, podrá devolverle parte de vida a esos recuerdos que, con tanto cariño, trató de preservar. Cariño con el que yo trato de preservar el suyo.
Pienso que sería agradable, con esta excusa, traer a la revista algunos de esos artículos de manera esporádica. Seguro que a la redacción le gusta la idea, ¿verdad? Hasta pronto. Un saludo.
Miguel Galán Merino
Buñolense adoptivo
